Obispos centroeuropeos lanzan desde Mariazell (Austria) un programa de vida para los fieles

100.000 peregrinos cierran en el Santuario mariano la «Jornada Católica Centroeuropea»

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MARIAZELL, martes, 25 mayo 2004 (ZENIT.org).- Ante más de 100.000 participantes este fin de semana en la «Peregrinación de los Pueblos» al Santuario de Mariazell (Austria), los obispos de las ocho conferencias episcopales centroeuropeas organizadoras han lanzado las prioridades del compromiso cristiano en Europa en un mensaje conjunto.

El histórico encuentro entre fieles de las Iglesias en Bosnia-Herzegovina, Croacia, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia, República Checa, Hungría y Austria ha marcado la conclusión del «Mitteleuropäischer Katholikentag 2003» (Jornada Católica Centroeuropea), una iniciativa –comenzó el pasado 31 de mayo en Zagreb– de los obispos de los países mencionados para lanzar un mensaje de unidad, reconciliación y solidaridad.

Más de 200 obispos y cardenales se sumaron a la peregrinación. Y es que ésta es un «agradecimiento» a Cristo «por haber sostenido las Iglesias de Europa central en la hora de la persecución», afirmó el cardenal Angelo Sodano, enviado especial de Juan Pablo II, durante la Eucaristía que presidió en el Santuario mariano.

Pero también es «un agradecimiento por el don de la reencontrada libertad religiosa», que ahora puede permitir a los cristianos «contribuir a la paz social» con «el método del diálogo fraterno hacia todos» en una región donde los odios y los nacionalismos han dejado heridas, añadió el purpurado, según recoge «Radio Vaticana».

El evento, definido por el cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena, como una expresión de una Europa humana y habitable, comenzó el jueves con la celebración de las «velas silenciosas» en recuerdo a los cristianos, sacerdotes, religiosos y laicos perseguidos por los antiguos gobiernos comunistas.

En la conclusión del encuentro, los presidentes de las ocho conferencias episcopales organizadoras leyeron en el idioma de cada país el «Mensaje de Mariazell», en cuya introducción piden a los fieles: «¡No escondáis vuestra fe! ¡No os quedéis al margen del camino por el futuro común! ¡Caminad, pensad, hablad y trabajad también vosotros y procurad uniros a todas las personas de buena voluntad!».

A continuación, siguiendo su mensaje –redactado para dar respuesta al interrogante «¿Qué debemos hacer hoy y mañana nosotros como cristianos en Europa?»–, los prelados lanzaron siete peticiones a todos los fieles:

1. «Haced ver a Cristo a los hombres»: desde el momento en que muchos hombres en Europa no conocen a Cristo, o le conocen sólo superficialmente, debemos ser cristianos misioneros.

2. «Aprended y enseñad a orar», porque Europa será bendecida sólo si hay muchos hombres y mujeres que oren juntos e individualmente, por lo tanto «las parroquias y las comunidades deben convertirse cada vez más en escuelas de oración».

3. «Multiplicad y profundizad el conocimiento de la fe», porque los cristianos deben conocer el contenido de la fe cristiana para ser considerados en el encuentro con otros credos y modelos de vida.

4. «Mostrad los signos de la fe»: todos los días somos inundados por palabras e imágenes y sólo pocas hablan de Dios y de la Iglesia; por lo tanto los signos cristianos como la cruz y otros símbolos deben encontrar su lugar en la vida privada y pública.

5. «Conservad la cultura del domingo», porque para los cristianos el domingo es el día de la celebración ante Dios y con Dios, es el día de la familia.

6. «Proteged y promoved la vida»: los cristianos aman la vida humana en todas sus dimensiones y por lo tanto hay que prestar una atención especial al matrimonio y a la familia como células básicas indispensables para la sociedad y para la Iglesia.

7. «Promoved la solidaridad en Europa y en todo el mundo»: durante el «Mitteleuropäischer Katholikentag» los católicos de los ocho países participantes han reforzado el compromiso de solidaridad civil de los países respectivos y tal empeño no debe debilitarse con la conclusión de la «Peregrinación de los Pueblos».

«Vayamos adelante por el camino iniciado en el centro de nuestro continente, en el centro de la cristiandad ecuménica y en el centro de toda la humanidad», concluyen los prelados, invocando la fuerza del Espíritu Santo.

El texto íntegro del mensaje será enviado como una carta pastoral conjunta a las parroquias de los ocho países centroeuropeos y se leerá el próximo domingo, solemnidad de Pentecostés.

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ZENIT Staff

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