Obispos de América buscan integrar a los excluidos de la globalización

Conclusiones de la reunión continental de San Salvador de Bahía

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SALVADOR DE BAHÍA, 22 febrero 2002 (ZENIT.org).- Obispos de todo el continente americano concluyeron este jueves en Salvador de Bahía una reunión en la que analizaron caminos para que los excluidos de la globalización puedan disfrutar de sus beneficios.

La crisis argentina, la difícil situación de la Venezuela de Hugo Chávez, la evangelización de afro-brasilianos o el impacto de los atentados del 11 de septiembre fueron algunos de los temas abordados.

El tema del encuentro era «La respuesta de la Iglesia en América a la nueva realidad mundial». Participaron 29 obispos miembros del Consejo Episcopal de América Latina (CELAM), así como de las Conferencias Episcopales de Estados Unidos y Canadá.

En particular, los prelados analizaron las causas que llevan a la exclusión de millones de personas a beneficiarse de la prosperidad económica de que algunos gozan en el marco de la globalización.

Al final del encuentro, según revela un comunicado de prensa emitido por la Conferencia Episcopal de Canadá, «los obispos se han comprometido a continuar el diálogo y la colaboración sobre el tema de la globalización, en particular en el contexto de la posible aplicación de un acuerdo de libre comercio de las Américas de aquí al año 2005»

Según los obispos participantes, es necesario realizar nuevos esfuerzos para «promover el desarrollo económico del Sur», elemento clave «de una globalización concebida para servir al bien común».

Las sesiones de trabajo de los obispos han sido guiadas por la exhortación apostólica «Ecclesia in America», en la que Juan Pablo II recogió a inicios de 1999 las conclusiones del primer Sínodo de ese continente celebrado en Roma entre noviembre y diciembre de 1997.

En ese documento, en el número 20, el Papa constata que «Una característica del mundo actual es la tendencia a la globalización, fenómeno que, aun no siendo exclusivamente americano, es más perceptible y tiene mayores repercusiones en América».

«Desde el punto de vista ético, puede tener una valoración positiva o negativa», añade. «Si la globalización se rige por las meras leyes del mercado aplicadas según las conveniencias de los poderosos, lleva a consecuencias negativas».

Entre ellas, menciona «la atribución de un valor absoluto a la economía, el desempleo, la disminución y el deterioro de ciertos servicios públicos, la destrucción del ambiente y de la naturaleza, el aumento de las diferencias entre ricos y pobres, y la competencia injusta que coloca a las naciones pobres en una situación de inferioridad cada vez más acentuada»

El encuentro tuvo lugar tras la conferencia celebrada del 28 al 30 de enero en la Universidad Católica de América en Washington de representantes de la Iglesia de toda América y de las instituciones financieras internacionales, sindicales, y de varios gobiernos sobre «Humanización de la economía mundial».

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ZENIT Staff

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