Obispos de Ecuador apelan a la responsabilidad del electorado

La lucha contra la corrupción es deber de todos, añaden

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QUITO, 5 julio 2002 (ZENIT.org).- Ante la proximidad del proceso electoral, los obispos de Ecuador vuelven a condenar «con renovado vigor la corrupción» y manifiestan su deseo de unirse al diálogo nacional para descubrir las causas profundas de ese «cáncer social».

Así se expresan en un comunicado difundido este jueves por el Consejo Episcopal de Comunicación Social del país, en previsión de las elecciones presidenciales, cuya primera vuelta tendrá lugar el 20 de octubre de 2002 y la segunda el 24 de noviembre. Las elecciones legislativas también se celebrarán el 20 de octubre.

El episcopado invita a que todos los hombres y mujeres de buena voluntad de Ecuador consideren nuevamente la carta pastoral — «de palpitante actualidad» — «Corrupción y Conciencia Cristiana», escrita en 1998.

La lucha contra la corrupción es deber de todos, afirma el episcopado en su comunicado: «gobernantes y gobernados, jueces, legisladores y autoridades de control, familias, educadores y jóvenes, trabajadores y empresarios y desde luego de quienes nos llamamos cristianos — jerarquía y seglares — para que haya coherencia entre la fe y la vida».

«Para que una sociedad sea honesta es preciso que sus jueces sean probos y trasparentes cuando administran justicia e insobornables para desterrar toda forma de impunidad», se lee en el comunicado.

El combate contra la corrupción exige también –dicen los obispos– «que los partidos políticos se transformen en instituciones modernas, trasparentes, promotoras de la democracia y el desarrollo, lejos de todo populismo y demagogia».

Lugares propicios para el soborno y otras formas de corrupción son la burocracia, cuando es arcaica e ineficaz, y la empresa privada si es incapaz de competir en buena lid, advierten los prelados.
Además observan que «el bien de la Patria, el bien común, está sobre los intereses privados o de grupos, más aún si estos intereses se confunden con el insaciable deseo de ilícito y rápido enriquecimiento».

Recordando el último mensaje que enviaron a los ecuatorianos el pasado 2 de mayo, «Elecciones: responsabilidad y esperanza», el episcopado del país comparte «la perplejidad y la esperanza del pueblo».

«Perplejidad, porque las elecciones se dan cuando la Patria sufre gravísimos problemas: creciente empobrecimiento, injusta distribución de la riqueza, corrupción y violencia», explican los obispos.
«Esperanza – añaden –, porque del buen juicio de los electores y de su capacidad para exigir una contienda responsable y limpia y del cumplimiento, por parte de los elegidos, de sus programas de Gobierno, dependerá en buena medida el cambio que el Ecuador necesita y desea: una sociedad mas justa y humana».

Los medios de comunicación merecen especial atención en este contexto, y son invitados «a continuar con su noble empeño de combatir la corrupción y la impunidad y sugerir caminos para la honesta y responsable administración de los bienes de la comunidad nacional, cuidando siempre de salvaguardar el derecho al buen nombre y a la honra de los inocentes».

«Corresponde también a los Medios de Comunicación desempeñar un importantísimo papel en el proceso electoral: informar con veracidad — y no hay mayor servicio que comunicar la verdad — sobre dicho proceso a fin de que los electores cumplan su deber cívico en base a una información adecuada e imparcial», concluyen los obispos ecuatorianos.

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ZENIT Staff

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