LJUBLJANA, martes, 27 abril 2004 (ZENIT.org).- Los valores fundamentales de Europa son compartidos por Eslovenia, dadas sus raíces cristianas, y son la garantía más segura de unidad, reconocen los obispos eslovenos en una carta pastoral leída el domingo en todas las iglesias del país.
Según escriben, «no es posible imaginar una Europa sin el cristianismo. Europa sin el cristianismo ya dejaría de ser Europa».
La Conferencia Episcopal Eslovena considera «que Europa tiene necesidad de un alma». «El alma europea es el Cristianismo mismo», recuerdan a los fieles.
El próximo 1 de mayo la Unión Europa vivirá una jornada histórica con el ingreso de Eslovaquia, Polonia, República Checa, Hungría, las tres repúblicas bálticas –Lituania, Letonia y Estonia–, la república ex yugoslava de Eslovenia y las pequeñas islas mediterráneas de Chipre y Malta.
«Con la ampliación de la Unión Europea entramos en una comunidad de naciones y de pueblos cuyos valores fundamentales son de origen cristiano», se lee en la carta.
«También nuestros valores fundamentales, que nos han ayudado a sobrevivir como pueblo, derivan de las mismas raíces cristianas –constatan los prelados eslovenos–. Los valores nos unirán a los otros pueblos europeos también en el futuro».
«Junto a nosotros, en la Unión Europea entran algunos otros pueblos eslavos. Así Europa empezará a respirar con sus dos pulmones, Occidente y Oriente, según el deseo del Papa Juan Pablo II», explican en la misiva distribuida por la agencia «Sir» del episcopado italiano.
Los obispos de la República de Eslovenia recalcan: «El cristianismo es la religión de la esperanza, esperanza en la vida, en la felicidad sin fin, en la realización de la fraternidad entre todos los hombres. El fundamento de esta esperanza es Cristo resucitado. Una vida coherente con el Evangelio es la garantía más segura del acercamiento a la fraternidad universal ya sobre la tierra, en la Europa unida».
Además «como cristianos europeos podremos decir algo al mundo si bebemos de nuestra rica herencia espiritual», proponen.
Son conscientes de que «entrar en la Unión Europa no comporta sólo aspectos positivos. Para algunos, sobre todo al principio, habrá más dificultades. Se prevén también nuevos peligros».
De ahí que sea necesario «que los cristianos, junto a todos los ciudadanos de la República de Eslovenia, reforcemos nuestra identidad nacional, el amor por la patria, la voluntad y el gozo de la vida, los vínculos recíprocos y la solidaridad», sugieren los obispos finalmente.
El 70% de los dos millones de eslovenos son católicos.
