Obispos de Europa: Las categorías de una reacción justa han cambiado

La respuesta no puede ser ahora el uso masivo de la fuerza

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BRUSELAS, 19 septiembre 2001 (ZENIT.org).- La Comisión de Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE) considera que los trágicos atentados contra Estados Unidos deben llevar a replantear las relaciones internacionales.

«La injusticia existe en el mundo; ella es la fuente de muchos conflictos sociales y políticos –afirma en un mensaje enviado a los líderes de la Unión Europea publicado este martes en Bruselas–. El mundo está dividido en ricos y pobres y no en religiones y culturas. El presente desafío reposa en una nueva política de desarrollo para los países pobres. Un modo para establecer estructuras globlales más justas y reducir la pobreza material puede encontrarse en nuevos modos de gobierno global».

«El mayor peligro en este desafío es que demos una visión de un mundo justo y lleno de paz –añaden–. El objetivo de la globalización no debería ser el bienestar de unos pocos sino justicia para
todos».

El llamamiento de los prelados tiene lugar en vísperas del encuentro de los líderes de la Unión Europea que debería tener lugar el 21 de septiembre en Bruselas.

Los prelados condenan con palabras durísimas el atentado sin precedentes contra el pueblo estadounidense: «No hay justificación a la violencia y a la destrucción, no hay fundamento ideológico para el terrorismo, ya sea en la fe cristiana, judía o musulmana».

«Todo responsable de los ataques debe ser identificado y castigado –añaden los prelados–. Nuestro sentido colectivo de justicia quedaría severamente dañado si, ante estos crímenes inenarrables, sus causantes no fueran llevados a rendir cuentas».

«De todos modos –añaden–, nuestras clásicas categorías de justicia parecen inadecuadas para responder a los ataques terroristas de Nueva York y Washington. El uso masivo de la fuerza no es una respuesta adecuada para restablecer la ley y la justicia».

«Los líderes políticos deben afrontar la cuestión más difícil de conciencia –concluyen–. Nosotros urgimos a los líderes de la Unión Europea a hacer todo lo posible para prevenir el hundimiento en un torbellino de guerra y represalia».

El mensaje está firmado por monseñor Josef Homeyer, de Hildesheim (Alemania), presidente de la COMECE; por monseñor Adrianus van Luyn, obispo de Rotterdam (Países Bajos), vicepresidente de la COMECE; por monseñor Attilio Nicora, en representación de la Conferencia Episcopal Italiana, y por monseñor Noël Treanor, secretario general de la COMECE.

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ZENIT Staff

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