JERUSALÉN, jueves, 15 enero 2004 (ZENIT.org).-Obispos de Europa y de América lanzaron desde Jerusalén este jueves un apremiante llamamiento a la solidaridad con los cristianos en Tierra Santa, en momentos en los que atraviesan condiciones dramáticas a causa del conflicto israelo-palestino.
Al concluir un encuentro de cuatro días, celebrado entre Belén y Jerusalén, los prelados afirmaron: «Hemos visto la violencia que sufren las dos comunidades: el ataque contra israelíes en Gaza y el castigo colectivo de ciudadanos palestinos. Manifestamos nuestro pésame por las muertes que han tenido lugar durante nuestra estancia y afirmamos nuestra oposición a todo derramamiento de sangre».
«Hemos escuchado el deseo de paz, de justicia y reconciliación entre ambos, israelíes y palestinos –revelan–. Hemos observado también, con gran pesar, la falta de voluntad política no sólo en esta región, sino también en la comunidad internacional, para trabajar por una solución pacífica. Hacemos un llamamiento a nuestro líderes políticos para que respondan al deseo de paz que albergan en lo profundo de sus corazones las personas de esta Tierra Santa».
«Hemos constatado el devastador efecto del muro de seguridad que está siendo construido a través de la tierra y de las casas de las comunidades palestinas –denuncian los obispos–. Parece ser una estructura permanente que divide familias, les aísla de sus granjas y de sus seres queridos, e incluso les separa de las instituciones religiosas».
El pronunciamiento, entregado por los obispos en una rueda de prensa en Jerusalén, sigue diciendo: «Hemos experimentado la frustración y la humillación sufrida día a día por los palestinos en los puestos de control, que les impide atender a las necesidades de sus familias, dirigirse a los hospitales o a los lugares de trabajo, asistir a clases o visitar a sus seres familiares».
Los obispos deploran, asimismo, que a «algunos sacerdotes, seminaristas, religiosas y religiosos, así como personal laico, se les niega o tienen dificultades para obtener visas y permisos de residencia que les permiten estudiar y trabajar en Israel y en los territorios palestinos».
A pesar de estas dificultades, los obispos aseguran que en su corta estancia han sido testigos de signos de esperanza para Tierra Santa.
«Lo que más da esperanza es la vitalidad y el compromiso de la misma Iglesia en Tierra Santa, incluyendo las fraternas relaciones entre los líderes cristianos», afirmaron los obispos.
Asimismo, subrayaron el «pequeño pero representativo incremento en el número de peregrinos que vienen a Tierra Santa» y concluyen: «Hacemos un llamamiento a todos los creyentes a testimoniar el mensaje que hemos dirigido a los cristianos de Tierra Santa en estos días: «No estáis solos»».
El tema del encuentro episcopal fue «La Iglesia universal en solidaridad con la Iglesia de Tierra Santa».
Han participado representantes de las conferencias episcopales de España, Francia, Alemania, Italia, Inglaterra y Gales, Suiza, Canadá y Estados Unidos, así como de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE), el Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) y Caritas de América Latina.
Los participantes fueron acogidos por el patriarca latino de Jerusalén, Su Beatitud Michel Sabbah, así como por la Asamblea de Obispos Católicos de Tierra Santa.
