Obispos de Florida piden que se cierre el corredor de la muerte

En un llamamiento para salvar la vida de un ejecutado



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TALLAHASSEE, jueves, 12 febrero 2009 (ZENIT.org).- Los obispos de Florida, Estados Unidos, han pedido al gobernador Charlie Crist que «instaure un nuevo estándar de decencia» en este estado aboliendo la pena de muerte.

En una carta enviada la semana pasada por la Conferencia Episcopal de Florida, los obispos también habían apelado por la vida de Wayne Tompkins, que fue ejecutado con una inyección letal este miércoles en Tampa.

Tompkins fue declarado culpable del asesinato de Lisa DeCarr, de quince años, que era novia de su hija.

«Instaure un nuevo estándar de decencia para el estado de Florida –apelaron los obispos–, abandonando las ejecuciones y conmutando las sentencias del corredor de la muerte por cadena perpetua sin posibilidad de libertad a prueba».

Sheila Hopkins, directora asociada de «Social Concerns/Respect Life», de la Conferencia Episcopal de Florida, explicó a ZENIT que la posición de los obispos no es decir «querríamos que se liberara a la gente sino que sea castigada con cadena perpetua».

Hopkins también indicó que hubo varios casos de internos del corredor de la muerte que luego se demostró que eran inocentes.

«Tenemos que preguntarnos si estamos matando a personas inocentes. Esto sería una tragedia terrible».

La carta de la conferencia episcopal, sin embargo, no afirmaba la inocencia de Tompkin, más bien pedía que Crist «sustituya la violencia de la muerte con la ejecución por prisión de por vida en el sistema penal, como un modo de proteger a la sociedad y asegurar la pena de quienes violan la ley».

«Pedimos la sanación para la familia de DeCarr que ha sufrido el dolor de la pérdida de su ser querido. Ningún castigo, por severo que sea, podrá nunca cancelar su aflicción por su injustificada muerte», añaden los prelados.

«Usted tiene la singular capacidad de cambiar el curso de la acción que el estado emprenda en los casos de pena capital –añadía la carta–. Persiguiendo la justicia para las víctimas de crímenes violentos, el estado no debe restar blindado por políticas que merman la dignidad humana y la sacralidad de toda vida, incluyendo la de los criminales convictos».

«Florida debería unirse a la lista de otros estados que han abandonado las ejecuciones porque no han sido disuasorias contra el crimen, y han suscitado seria preocupación sobre la limpieza de las sentencias en el sistema judicial», concluye el mensaje.

Por Karna Swanson, traducido del inglés por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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