Obispos de la República Centroafricana advierten del peligro de la violencia sin fin

Piden a los nuevos dirigentes que garanticen la seguridad nacional

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BANGUI, 10 abril 2003 (ZENIT.orgFides).- Condenando el último golpe de Estado, la Iglesia en la República Centroafricana ha «tomado nota del cambio ocurrido» mientras continúa afirmando que sólo el diálogo nacional podrá sacar al país de la violencia en la que podría quedarse sumergido.

Con estas palabras se dirigen los obispos de la República Centroafricana a la población después de que el pasado 15 de marzo el ex jefe de estado mayor, François Bozizé, asumió el poder derrocando al presidente Ange-Félix Patassé.

En el «Mensaje de los obispos después de los acontecimientos del 15 de marzo», la Iglesia centroafricana afirma que nunca ha dejado de llamar la atención de las autoridades «sobre la inquietante degradación de las condiciones de vida de la población centroafricana».

«El episcopado, fiel a sus principios, ha recomendado siempre el diálogo social, consciente de que la violencia no puede generar sino violencia», se lee en el documento firmado por el obispo de Bossangoa y presidente de la Conferencia Episcopal centroafricana, monseñor Paulin Pomodimo.

«Hoy nos vemos obligados a constatar con amargura que la inexplicable intransigencia del anterior régimen y su falta de coraje político han hecho perder la paciencia», reconocen los prelados.

«Por ello –añaden–, a pesar de su carácter anticonstitucional, este último golpe de Estado ha hallado eco favorable en la población, agotada por una gestión caótica de la gestión pública».

Los obispos condenan en cualquier caso «la violencia que ha acompañado y ha seguido a la toma del poder por la fuerza, las ejecuciones, los saqueos y la inseguridad general, que han dado al país la imagen de una auténtica jungla donde los hombres armados pueden permitirse todo hacia la población civil».

Es el motivo por el que el episcopado hace un llamamiento «a los nuevos dirigentes para reorganizar rápidamente el ejercito nacional y las fuerzas de seguridad con el fin de garantizar la independencia y la unidad nacional».

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ZENIT Staff

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