Obispos de los Estados Unidos y México unidos en la defensa de los derechos de los inmigrantes

WASHINGTON / MÉXICO, miércoles, 3 mayo 2006 (ZENIT.orgEl Observador).- Este lunes, más de dos millones de hispanos, la mayoría de ellos mexicanos, salieron a protestar en las calles de las principales ciudades de los Estados Unidos, en contra de las iniciativas de ley que pretenden criminalizar tanto la inmigración ilegal como la ayuda a ésta.

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En este contexto, los obispos de los Estados Unidos desde hace tiempo han tenido un papel muy importante en el liderazgo de la campaña por una reforma al sistema de inmigración de los Estados Unidos, que, como ha dicho el episcopado, al tiempo que defienda la seguridad en las fronteras, sea compasiva y respetuosa de los derechos humanos de los trabajadores y sus familias.

Mediante el programa «Justicia para los inmigrantes», la Iglesia católica, a lo largo de todo el territorio de los Estados Unidos, ha intentado promover una actitud positiva hacia el fenómeno de la inmigración, mientras que sus órganos episcopales han presionado al senado para que deseche iniciativas como la llamada «Ley Sensenbrenner», cuya intención era elevar un muro de mil kilómetros entre México y EE UU y criminalizar la mera existencia de ayuda a los indocumentados.

Por su parte, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), ha emitido un comunicado afirmando que «la economía de los Estados Unidos depende del trabajo realizado por los inmigrantes. Por lo tanto, muchos emigran a cubrir estos trabajos. Los obispos de México y Estados Unidos han reconocido esta realidad y han solicitado un sistema más racional y humano por medio del cual, trabajadores de otros países puedan entrar a los Estados Unidos de manera legal para cubrir puestos de la fuerza laboral, incluyendo aquellos temporales».

«Los obispos (de Estados Unidos) también han solicitado oportunidades a todos aquellos que se encuentran sin documentación apropiada de migración, oportunidades que les permitan legalizarse siempre y cuando puedan demostrar una buena conducta moral, así como el que han acumulado intereses en ese país», afirmaron los prelados mexicanos.

Finalmente, dicen los obispos mexicanos «más allá de cualquier boicot, vemos en las manifestaciones de este lunes la necesidad real de una reforma migratoria justa, que beneficiaría a millones de personas en Estados Unidos. Es momento de mantenernos unidos en oración con esas voces que están convencidas de que lograr una reforma migratoria justa «¡Sí se puede!»».

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ZENIT Staff

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