Obispos de México y Estados Unidos proponen desobediencia civil ante la «Ley Sensebrenner»

MÉXICO, miércoles, 29 marzo 2006 (ZENIT.orgEl Observador).- La Iglesia católica de México ha cerrado filas con la Iglesia católica de los Estados Unidos y ha calificado de contraria a los derechos humanos la llamada «Ley Sensebrenner» que intentaba criminalizar la presencia de los indocumentados en Estados Unidos, y dar pena de hasta cinco años de prisión a las organizaciones o personas que asistieran, caritativamente, a los trabajadores ilegales, la mayoría de ellos hispanos y de origen mexicano.

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El arzobispo de Morelia y vicepresidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Alberto Suárez Inda, llamó a la «desobediencia civil» a los sacerdotes y organizaciones de la Iglesia en los Estados Unidos que prestan su ayuda a los inmigrantes.

Dijo en rueda de prensa que «como los apóstoles, primero hay que obedecer a Dios antes que a la ley de los hombres, a la conciencia, a la ley natural».

Este día continúan los debates en el Senado de los Estados Unidos. El lunes pasado, el Comité Jurídico del Senado habría echado para atrás la parte de la «Ley Sensenbrenner» que penaliza la acción caritativa con los inmigrantes, sin que hasta el momento haya quitado la criminalización de los ilegales en territorio de la Unión Americana. Otras medidas posibles serán la regularización de un millón y medio de trabajadores agrícolas y la aceptación de una cuota anual de 400 trabajadores temporales.

Mañana jueves se prevé que el pleno del Senado someta a votación las reformas migratorias mientras que el presidente Bush de Estados Unidos y el presidente Fox de México se reúnen en Cancún, junto con el primer ministro de Canadá, Stephen Harper. Ambos mandatarios han expresado su esperanza de que existan las condiciones para cambiar las condiciones de una frontera común que se extiende por tres mil kilómetros y que presenta un flujo anual de 400 millones de cruces.

Las protestas de la comunidad hispana, sobre todo en Los Ángeles, continuaron el día de ayer. Miles de estudiantes hispanos no acudieron a clase para protestar por una posible reforma en contra de los inmigrantes. Empuñando banderas de México, los manifestantes han tomado la catedral de Los Ángeles como punto de encuentro de sus concentraciones y existen diversas parroquias católicas que están ofreciendo espacios de discusión para que los jóvenes conozcan el alcance de las reformas.

Mientras tanto, en el sur de México, en su frontera con Guatemala, el presidente Vicente Fox puso en marcha la Estación Migratoria Siglo XXI, mediante la cual se pretende dar cobijo, sustento y asistencia médica a los inmigrantes centroamericanos en viaje de retorno a sus países de origen. En el acto, el presidente de México coincidió con el postulado de la Iglesia católica de que antes que las leyes están los derechos de la persona. Por su parte, el secretario de Gobernación, Carlos Abascal, insistió en que los inmigrantes no son delincuentes como pretende hacerlos pasar la «Ley Sensenbrenner».

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ZENIT Staff

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