Obispos ecuatorianos preocupados por la democracia y el respeto de la Constitución

QUITO, viernes, 10 diciembre 2004 (ZENIT.org).- La Conferencia Episcopal Ecuatoriana ha pedido al Congreso del país que respete las normas constitucionales, y advierte que las «interpretaciones forzadas» de la Carta magna pueden llevar al Ecuador a «extremos altamente peligrosos para el orden democrático».

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Entre otros procedimiento contrarios a la norma fundamental, los obispos denunciaron este jueves en un comunicado el que se cancele por «simple mayoría» a los ministros que integran la Corte Suprema de Justicia, para nombrar otros en su lugar.

«El maltrato a la Constitución y a la división de las funciones del poder público atenta contra las mismas bases de la democracia», subrayan en una declaración titulada “Por la Constitución y por la patria”.

Asimismo, recuerdan que «los errores y deficiencias no pueden ser corregidos con otros errores y violencias», e insisten en que «el cuadro que se ha generado causa graves lesiones al bien común y puede terminar en la anarquía o en la dictadura».

La Conferencia Episcopal Ecuatoriana exhorta «urgentemente» al honorable Congreso Nacional a que «reconsidere su proceder y encamine las reformas, que pueda estimar necesarias, siguiendo el orden constitucional», e insta a las fuerzas sociales y políticas que se sienten afectadas, a «una pacífica concertación de orden cívico y patriótico, lejos de las vías de hecho, que son siempre semilla de violencia social».

«Es la hora –concluyen los obispos– de pedir a Dios que todos los ecuatorianos, desde nuestra común inspiración cristiana, realicemos los esfuerzos necesarios para que prevalezcan la cordura, la democracia, la equidad y la unidad patria».

Firman la declaración el cardenal Antonio Gónzalez, arzobispo emérito de Quito y presidente honorífico de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana; monseñor Vicente Cisneros Durán, arzobispo de Cuenca y titular de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana; monseñor Antonio Arregui, arzobispo de Guayaquil y vicepresidente; y monseñor José Vicente Eguiguren, secretario general de ese organismo.

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ZENIT Staff

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