Obispos en Filipinas rechazan una explotación minera contraria a la población o al ambiente

MANILA, miércoles, 9 febrero 2005 (ZENIT.org).- Los obispos de Filipinas han expresado su postura a favor de las franjas más pobres de la población, amenazadas por una explotación descontrolada de los recursos mineros.

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Así se desprende de la carta que el presidente del episcopado filipino, monseñor Fernando Capalla, ha escrito a la presidente del país, Gloria Macapagal Arroyo.

Haciéndose eco de la misiva el martes, la agencia «Asianews» del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras explica que la declaración de monseñor Capalla, arzobispo de Davao, responde a la decisión de Arroyo de incentivar las inversiones exteriores en el sector minero.

Tales proyectos, de acuerdo con la Arroyo, ayudarían a aliviar la pobreza en el país, razón por la que promovió la «Mining Act», una ley de 1995 que favorece la explotación del subsuelo. El pasado diciembre se presentó en el Senado un proyecto de ley que solicita la derogación de la anterior norma «para evitar ulteriores daños ambientales».

«Sería un derroche no utilizar los recursos del territorio a favor de los filipinos, pero usarlos de manera incorrecta sería un desperdicio aún mayor», advierte monseñor Capalla en su carta.

El prelado añade que el gobierno «debe considerar los costes ecológicos y sociales que acompañan la bonanza económica de la minería» antes de adoptar cualquier iniciativa.

Coincide el obispo de Dipolog, monseñor Jose Manguiran, según el cual operaciones mineras irregulares crearían «malestar entre las comunidades más pobres, indígenas».

Y es que en Filipinas muchos depósitos mineros no explotados se encuentran en zonas pobladas por indígenas, como la Cordillera Central en la isla de Luzón.

De acuerdo con monseñor Capalla, la presidente de Filipinas debe tomar en consideración los informes de las comisiones episcopales para la «Justicia y Paz» y para las «Poblaciones indígenas», documentos que enumeran las ilegalidades y abusos que acompañan la explotación descontrolada del sector minero en perjuicio de la comunidad tribal y del medio ambiente.

El prelado y ambas comisiones adelantaron algunas peticiones específicas para vigilar que las compañías extranjeras respeten las normas sobre los derechos de los trabajadores y para hacer transparentes toda las operaciones en el sector.

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ZENIT Staff

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