Obispos en Pakistán constatan buenas relaciones con los musulmanes

Con motivo del inicio del Ramadán

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MULTAN/LAHORE, 2 noviembre 2003 (ZENIT.org).- En la diócesis pakistaní de Multan, el inicio del Ramadán –el pasado lunes— promete grandes esperanzas para el diálogo y para reforzar las buenas relaciones entre cristianos y musulmanes, constató su obispo, monseñor Andrew Francis.

Al frente de la Comisión para el Diálogo Interreligioso de la Conferencia Episcopal de Pakistán, el prelado confirmó a Fides el clima de comunión espiritual que presidió el inicio del mes sagrado musulmán.

«El primer día del Ramadán rompimos juntos el ayuno, cristianos y musulmanes, en un clima de oración e intercambio entre hombres de buena voluntad. También aquí, en Multan, se respira una atmósfera de solidaridad y cercanía: los tiempos de las tensiones y los ataques contra los cristianos parecen realmente lejanos», afirmó.

También las celebraciones por el XXV aniversario del pontificado de Juan Pablo II «han unido a estudiantes, líderes religiosos, autoridades civiles, mujeres: todos aprecian la figura y la obra del Santo Padre».

Incluso la Iglesia está trabajando por la reconciliación entre chiítas y sunitas, entre quienes se registran tensiones después del asesinato del líder sunita Azam Taruq en Islamabad a principios de octubre.

«Estamos desempeñando un papel de puente entre las dos comunidades –explicó monseñor Francis–. Con frecuencia he invitado a líderes chiíes y suníes a encuentros centrados en el diálogo, para contribuir a la construcción de una coexistencia pacífica entre las comunidades religiosas y para llevar la armonía a la sociedad».

Por su parte, monseñor Lwarence Saldanha, arzobispo de Lahore y presidente de la Conferencia Episcopal pakistaní, afirma igualmente la mejoría en las relaciones islámico-cristianas.

«Después del 11 de septiembre la Iglesia se tuvo que enfrentar a un resurgimiento del fundamentalismo islámico que vinculaba a los cristianos con mundo occidental», describió.

«Hemos intentado mostrar a nuestros hermanos musulmanes que nosotros estamos de parte de la paz para construir un país moderno y libre del terrorismo», subrayó el prelado.

Por esta labor, y a través de «las numerosas intervenciones del Santo Padre, comienzan ya a comprender que los cristianos queremos construir buenas relaciones».

«Actualmente tenemos buenas relaciones con los musulmanes moderados, que están en gran mayoría en el país», confirmó.

Recientemente, monseñor Saldanha presidió una Eucaristía ante 5.000 personas –con la participación de numerosos musulmanes entre líderes religiosos, políticos y fieles— con motivo del 50º aniversario de la fundación de la parroquia de Santa María de Silakot, en su diócesis.

Presente en la celebración, el líder musulmán Salim Baryar, miembro del Consejo Provincial del Punjab, reconoció estar «realmente impresionado por el amor de la comunidad cristiana hacia la comunidad islámica, pero sobre todo hacia los pobres y necesitados».

«En esta celebración estamos, una vez más, unidos. Os aseguro mi apoyo si llegan momentos de dificultad», declaró en su intervención.

En Pakistán, el 97% de sus 155 millones de habitantes es musulmán. En su mayoría los fieles son suníes, mientras que los chiíes representan el 20%. Los cristianos son el 2,5%; de ellos, 1,2 millones son católicos.

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ZENIT Staff

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