BRUSELAS, domingo, 25 noviembre 2007 (ZENIT.org).- La dramática situación de los refugiados iraquíes fue el tema central de los diálogos de la Asamblea Plenaria de otoño de la Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE), que tuvo lugar del 21 al 23 de noviembre en Bruselas (Bélgica).
Los delegados de las Conferencias Episcopales del continente se reunieron sobre el tema «La actuación exterior de la Unión Europea: desafíos y perspectivas actuales».
«Considerando la situación desesperada de los refugiados iraquíes –sobre todo de los cristianos, como describe el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)–, los obispos de la COMECE piden a la Unión Europea (UE), y a sus estados miembros, que lleguen a un acuerdo lo antes posible sobre la admisión de más refugiados iraquíes en los próximos dos años», dice el comunicado final del encuentro, recibido por Zenit.
«Además, piden como prioridad que los hijos enfermos de los refugiados de la región puedan ser curados en Europa».
Los obispos examinaron también el estado de la cooperación de la UE con África y la cuestión del estatus futuro de Kosovo, sobre el que auspiciaron que los estados miembros de la UE logren mantener una postura común.
Los obispos esperan que el futuro Tratado de Lisboa, cuyos elementos fueron presentados el 22 de noviembre por el parlamentario Elmar Brok de la cohesión y de la eficacia de la acción externa de la UE».
Este tratado prevería la creación de un Alto Representante para Asuntos Exteriores, que será también vicepresidente de la Comisión.
«Dado que el Alto Representante deberá también defender el respeto de la libertad religiosa, en las diversas zonas de conflicto en el mundo, los obispos de la COMECE proponen que establezca un contacto regular con las Iglesias y comunidades de fe», explica el comunicado.
Otra sugerencia de los prelados es la de «establecer en el futuro Servicio de Acciones Exteriores, una unidad en la que se tenga en cuenta, donde sea necesario, la dimensión religiosa de las cuestiones internacionales».
Los obispos de la COMECE alabaron la resolución adoptada el 15 de noviembre por el Parlamento Europeo sobre los «graves episodios que ponen en peligro la existencia de las comunidades cristianas y de otras comunidades religiosas».
Los prelados apreciaron por último el creciente número de asambleas cristianas celebradas en 2007 en Europa.
«Junto a las numerosas peregrinaciones y a una gran variedad de otras iniciativas –afirman–, estos encuentros expresan una convergencia de los pueblos y de las culturas europeas, haciendo que la ‘Iglesia en Europa’ sea más visible».
La COMECE se creó en 1980 y está integrada por los obispos delegados de las Conferencias Episcopales de los Estados miembros de la Unión Europea. Su presidente es monseñor Adrianus H. van Luyn sdb, obispo de Rotterdam, Países Bajos.
Por Roberta Sciamplicotti
