Obispos filipinos ofrecen claves para discernir el voto y celebrar elecciones limpias

En una declaración pastoral ante las próximas elecciones generales

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MANILA, jueves, 22 abril 2004 (ZENIT.org).- Conscientes de que las elecciones son un «momento crucial» en el «compromiso continuo en la construcción de la nación», los obispos filipinos han publicado el miércoles pasado orientaciones para elegir candidatos en un contexto de lucha contra la corrupción.

Ante las elecciones generales del próximo 10 de mayo –que son legislativas, administrativas y presidenciales–, 61 obispos filipinos, tras una asamblea plenaria de dos días, recuerdan a los electores que «competencia en términos de liderato, experiencia, cualificación profesional y buen gobierno» son requisitos para elegir a los funcionarios del gobierno, en particular al presidente.

«Personas de conciencia, con integridad personal, transparencia, responsabilidad y respeto de los derechos humanos» son criterios que también ofrecen los prelados para que guíen la reflexión de los electores en cuanto a las cualidades de los gobernantes.

Igualmente piden que se analice en los candidatos la «perspectiva y programa de intervención en cuestiones como la defensa de la familia y la vida; medio ambiente; drogas y apuestas ilegales; justicia, paz y orden; alivio de la pobreza; y educación».

Y es que la cita con las urnas permite institucionalizar «el “poder del pueblo”» a través de la opción consciente y responsable de los líderes a nivel local y nacional por parte de millones de filipinos», subrayan los obispos en su declaración pastoral «La Construcción de la Nación a través de las Elecciones: Líneas maestras para los fieles», citada por «Asianews».

Desde el inicio de la campaña electoral, ha habido rumores de manipulaciones de los resultados electorales a través de «fraudes masivos y medidas inconstitucionales». Sin embargo, los obispos han declarado confiar en que los ciudadanos, con acciones concertadas y de control, «sean la mejor garantía de la honestidad, el orden y la paz de las elecciones».

Los prelados apoyan grupos de ciudadanos tales como el Consejo Pastoral Eclesial por un Voto Responsable, el observatorio electoral NAMFREL y otras organizaciones que trabajan en estrecho contacto con la Comisión Electoral.

Los obispos filipinos también invitan a la policía, al ejército y a los profesores de la escuela pública –que harán el recuento de votos— a mantenerse neutrales en el proceso electoral.

«Las elecciones son también un momento en que podemos afirmar que no podemos ser neutrales hacia la corrupción en sus distintas formas, tales como la compraventa de votos, “impuestos” a candidatos políticos y ciudadanos por parte del “Nuevo Ejército del Pueblo”, uso incorrecto de los fondos públicos, etcétera» –escriben los prelados–. «La lucha contra la corrupción es un imperativo del Evangelio».

El viernes pasado, la Conferencia Episcopal de Filipinas difundió un comunicado en el que condenó duramente la ingerencia del grupo guerrillero «Nuevo Ejército del Pueblo» en la campaña electoral de Filipinas.

En las regiones en las que está aún activo, ese brazo armado del Partido Comunista de Filipinas –también fuera de la ley– estaría obligando a los candidatos de las próximas elecciones a pagar un tipo de cuota para poder realizar su propaganda electoral «sin incidentes».

Datos de la policía filipina difundidos el sábado pasado por «Misna» rebelan que, desde el inicio de la campaña electoral en diciembre, han sido 117 las personas asesinadas y 124 las heridas en episodios de violenta relacionados con los comicios.

Entre las víctimas, 55 eran activistas políticos, mientras que 62 eran presuntos rebeldes del «Nuevo Ejército del Pueblo» fallecidos en enfrentamientos con la policía.

Desde las fuerzas de seguridad se estima que la formación rebelde puede contar con 8.700 milicianos activos en más de 2 mil distritos de los 42 mil del territorio filipino. Además de extorsionar a los candidatos, se sospecha que el grupo intimida también a los electores obligándoles a votar por formaciones políticas con las que se presume que tienen vínculos.

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ZENIT Staff

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