Obispos franceses, Irak y el llamado «choque de civilizaciones»

Se unen al rechazo de un ataque preventivo

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PARÍS, 14 febrero 2003 (ZENIT.org).- El consejo permanente del episcopado francés considera que el régimen iraquí no representa una «amenaza urgente e inmediata» como para considerarlo un caso evidente de legítima defensa.

En una declaración titulada «La guerra ya sería una derrota», los obispos subrayan que «el derecho de legítima defensa presupone un ataque real o inminente, no la simple posibilidad de una agresión».

El documento lleva, entre otras, las firmas del presidente de la Conferencia Episcopal francesa, monseñor Jean-Pierre Ricard, y del arzobispo de París, el cardenal Jean-Marie Lustiger.

«Nuestros conciudadanos y los responsable de nuestro país –escriben– se muestran resueltos a perseguir con valor la búsqueda de vías pacíficas para alejar del pueblo iraquí los males que ya le oprimen y aquellos que le amenazan».

La Iglesia en Francia considera importante que los países occidentales rehúsen participar en el conflicto. Esta negativa, según los prelados, puede evitar que la guerra sea presentada como el resultado de «un choque de civilizaciones y de religiones».

La realidad es muy distinta, dicen: «musulmanes y cristianos desean servir a Dios, el Misericordioso, el Pacífico, con el valor de preparar la paz de mañana en el corazón mismo de las violencias de hoy».

«Contra toda tentación de resignación –añaden– invitamos a mantener la esperanza, con todas las Iglesias cristianas del mundo entero, que se pronuncian estos días en profunda unidad con el Papa Juan Pablo II, quien multiplica las iniciativas para evitar la guerra».

«Junto a él decimos: ¡No a la guerra! La guerra nunca es una fatalidad. Es siempre una derrota para la humanidad», concluyen.

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ZENIT Staff

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