Obispos mexicanos: No hay verdadera democracia sin justicia social

Mensaje ante las elecciones del Congreso

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MÉXICO, jueves, 14 de mayo de 2009 (ZENIT.org-El Observador ).- Bajo el título «No hay democracia verdadera y estable sin participación ciudadana y justicia social» los obispos mexicanos han emitido un mensaje a los fieles católicos y a los hombres y mujeres de buena voluntad ante las próximas elecciones federales –elecciones intermedias en las que se renovarán algunas gubernaturas y la totalidad del Congreso– a celebrarse el 5 de julio de este 2009.

El mensaje que iba a ser emitido el pasado 24 de abril, fue pospuesto hasta el 14 de mayo como parte de las medidas preventivas que se han tenido que adoptar en México para evitar la propagación del virus de influenza, dado que la Secretaría de Salud prohibió todas las reuniones en público, por temor al contagio.

En rueda de prensa presidida por los obispos; de Nuevo Laredo, Gustavo Rodriguez Vega; y de Ciudad Nezahualcóyotl, Carlos Garfias Merlos, acompañados del padre Armando Flores Navarro, Secretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social fue dado a conocer el documento que firman el presidente y el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el arzobispo de Tlanepantla, monseñor Carlos Aguiar Retes y el obispo auxiliar de Guadalajara, monseñor Leopoldo González, respectivamente.

«Las próximas elecciones representan una oportunidad para consolidar la democracia en el país», reconocieron los prelados mexicanos, subrayando que «la Iglesia Católica, no es un sujeto político, pero si es un sujeto social cuya misión le exige no perder su independencia ni autoridad moral para abogar por los pobres».

«En este campo social una de sus funciones es la formación de las conciencias, respaldar la justicia y la verdad, educar en las virtudes individuales y políticas. Son los fieles laicos católicos quienes deben estar presentes en la formación de los consensos necesarios y en la oposición contra las injusticias», advirtieron los obispos agrupados en la CEM.

Más adelante señalaron que «es urgente que la democracia alcance al sistema económico. No se puede medrar con el hambre y la desesperación de los ciudadanos en este momento de desempleo, carestía y bajísimos salarios. La magnitud de la pobreza y la acentuada desigualdad que se vive en México hacen aparecer insuficientes los esfuerzos gubernamentales. La recesión económica agudiza las condiciones de vulnerabilidad de grandes sectores de la población. Se hace más difícil superar la pobreza ancestral, surgen nuevos rostros de ésta y crece el desempleo».

El documento, que era esperado con expectación porque en estos momentos la lucha política se ha intensificado, recuerda que «en un país democrático la ciudadanía debe dar seguimiento a las acciones de quienes ejercen el poder. El acceso a la información y la liberalización de los medios masivos de comunicación, permiten que la ciudadanía se informe de los errores, excesos, abusos, atropellos, irregularidades y hasta delitos cometidos por sus gobernantes. Cuando hay impunidad y no se sanciona, se provocan en la ciudadanía sentimientos de decepción y frustración».

Ante la necesidad de proponer una serie de soluciones ancladas en el Evangelio, los obispos mexicanos se propusieron, en el corto plazo, «impulsar, en los espacios creadores de cultura y con distintos actores relevantes en la construcción de una cultura democrática, distintas actividades de formación que promuevan la participación ciudadana, insistiendo en los valores que fundamentan la democracia, en sus elementos sustanciales, estructurales y de procedimiento y en la importancia del principio de representatividad·.

«El objetivo –subrayaron– es impulsar el voto responsable. No entendemos por ello ni proselitismo político ni política partidista. No pretendemos utilizar nuestro ministerio para influir en los fieles para que voten por una opción determinada, sino exhortarles para que disciernan críticamente y decidan conforme al Evangelio y a su conciencia rectamente formada»

En el cuerpo central de la extensa carta pastoral, los obispos mexicanos propusieron un perfil ético mínimo para los candidatos a puestos de elección popular que resumieron en honestidad, conocimiento de las necesidades de la gente, compromiso con la reconciliación y la justicia, solvencia técnica y sensibilidad por los pobres. 

En opinión de los obispos mexicanos, «los partidos políticos tienen una gran responsabilidad en el fortalecimiento de la democracia, por ello deben hacer siempre un serio esfuerzo para representar de un modo auténtico las aspiraciones y necesidades del pueblo. Un signo visible se apreciaría en la austeridad en el gasto de las campañas, pues los altos costos de éstas son un insulto a la ciudadanía empobrecida de nuestro país»

Ante el creciente desánimo del electorado mexicano los obispos ven necesario que exista democracia y justicia en las prácticas internas de selección de candidatos entre los diversos partidos políticos al tiempo que exigieron a los medios de comunicación un comportamiento equitativo para consolidar la democracia.

«Quienes participan y ejercen dominio sobre ellos (sobre los medios) tienen una gran responsabilidad social, por ello es indispensable que se refuercen las garantías de protección a los periodistas, el respeto a la libre expresión y el acceso a la información pública y la transparencia, así como el compromiso de los medios de conducirse éticamente, ser rigurosos en la cobertura noticiosa y responsables en su labor de orientación social», advirtieron los obispos de México.

En otro apartado subrayaron que los cristianos no pueden eximirse de participar en las tareas políticas,  «De aquí surge un campo de compromiso que no debemos descuidar: la educación cívica y política para el conjunto de la sociedad y particularmente para el cristiano».

En la parte final, los prelados reconocieron que la participación ciudadana es muy importante para la convivencia y la atención a las verdaderas prioridades del país, por ello, apoyarán la participación de la sociedad civil para reorientación y consiguiente rehabilitación ética de la política.

La versión íntegra de este mensaje se puede consultar en la página www.cem.org.mx

Por Jaime Septién

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ZENIT Staff

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