Obispos mexicanos vuelven a denunciar el uso de balas de goma contra emigrantes

Por parte de la policía fronteriza de Estados Unidos

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CIUDAD JUÁREZ. Viernes 24 de septiembre de 2004. (ZENIT.orgEl Observador).- Obispos han reafirmado su rechazo al acuerdo migratorio que permite usar balas de goma contra los inmigrantes mexicanos por parte de la patrulla fronteriza de Estados Unidos.

El pronunciamiento episcopal tuvo lugar al concluir los trabajos del encuentro de obispos mexicanos y agentes de pastoral que comparten la frontera con Estados Unidos, durante el Quinto Taller sobre Migración promovido la Comisión Episcopal para la Movilidad Humana (CEPMH) de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

Los obispos mexicanos, encabezados por monseñor Renato Ascencio León, obispo de la fronteriza Ciudad Juárez (estado de Chihuahua) y presidente de la CEMPH, confirmó que representantes de Iglesia católica se entrevistarán con el canciller mexicano Luis Ernesto Derbez Bautista con el objetivo de exigir que se revisen los acuerdos que posibilitan el uso de balas de goma contra indocumentados, «por ser violatorio, desde todos los ángulos, de los derechos humanos de los inmigrantes».

La medida también viola el espíritu del documento que emitieron recientemente los obispos mexicanos y estadounidenses que comparten la frontera.

«Tenemos conocimiento –dijo Monseñor Ascencio León– de que algunos migrantes, no tenemos el número exacto, han perdido el uso de sus sentidos por el impacto de una bala de goma; porque hay que resaltar que elementos de migración (de Estados Unidos) llevan a cabo una cacería de migrantes y muchas veces les pegan en el ojo o el oído».

Este año el número de mexicanos que han encontrado la muerte buscando el «sueño americano» rebasa ya las 400 personas.

Cerca de cien agentes de pastoral de las diferentes diócesis de México realizaron un recorrido por la línea divisoria entre México y Estados Unidos –entre Anapra y Sunland Park, uno de los «corredores» de los indocumentados– para rezar por ellos, por sus familias y por quienes han fallecido en el intento de internarse en el país del Norte.

«Queremos rezar y recordar a la gente que ha fallecido en su intento por encontrar una mejor vida, dijo el obispo de Ciudad Juárez; tenemos que darnos cuenta de la realidad migratoria que se vive a lo largo de la frontera Norte, de cómo es la vigilancia, los cruces y los medios con que se cuentan para internarse en territorio estadounidense», agregó.

Los integrantes de pastoral de la movilidad humana atestiguaron la existencia de la malla de la ignominia, la barda que se ha levantado a lo largo de buena parte de la franja fronteriza en Ciudad Juárez para evitar que pasen los indocumentados mexicanos y de Centro América: «es la muestra –enfatizó Monseñor Ascencio León– una malla divide dos culturas y dos raíces diferentes».

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ZENIT Staff

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