Obispos, religiosos y laicos hablan del beato Escrivá

Su carisma, la santidad en la vida ordinaria

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ROMA, 3 octubre 2002 (ZENIT.org).- Obispos, comunidades religiosas y laicos de todo el mundo han expresado su alegría ante la próxima canonización del fundador del Opus Dei, cuyo mensaje se centró en que la santidad no es patrimonio de unos pocos, sino una vocación de todo cristiano desde que es bautizado.

A continuación presentamos algunos de estos testimonios.

«El beato Josemaría acogió este mensaje fundamental como un encargo: el trabajo, entendido como camino no sólo de autorrealización del hombre, sino también de santidad», declara el cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena, según recoge la [ Oficina de Información del Opus Dei en Internet ].

«La vida y las obras del beato Escrivá nos ofrecen una orientación precisa para no perder de vista la primera y fundamental “prioridad pastoral” que ha señalado el Papa para toda la Iglesia: la santidad», comenta el cardenal Camillo Ruini, vicario general del Papa para la diócesis de Roma y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana.

Monseñor Serafim Ferreira da Silva, obispo de Leiria-Fátima, decía en el santuario de María: «Tengo el honor de presidir esta celebración en la Capilla de las Apariciones, a donde Josemaría Escrivá acudió tantas veces desde 1945. Es el primer peregrino de este santuario que ha sido beatificado».

«Fue un hombre con una gran fuerza interior –añadía monseñor Ferreira da Silva –, y esa energía la obtuvo mediante diferentes visitas a templos marianos, como el de Fátima o Guadalupe, pidiendo a la Virgen –así lo hizo aquí — para que se fuera cumplida siempre la Voluntad de Dios, por medio del Hijo eterno del Padre, con la ayuda de nuestra Señora y abriéndonos al Espíritu Santo».

El obispo de Enugu (Nigeria), monseñor Anthony O. Gbuji, subraya: «El desarrollo del Opus Dei es fruto de la fe, amor y total entrega del beato Josemaría a la voluntad de Dios. El fundador del Opus Dei, siguiendo el ejemplo de Cristo, entregó su vida por la salvación de las almas. Por esto, pronto será incluido en la lista de los santos».

A los 500 prelados de todo el mundo que estarán presentes este domingo en el Vaticano en la ceremonia de canonización, se unirán numerosos obispos españoles, quienes también han ofrecido su testimonio publicado por el diario «La Razón».

«Los santos fueron y se sintieron pecadores como nosotros, necesitados de la redención de Cristo –señala el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española–; pero, al mismo tiempo, colaboraron heroicamente con la gracia de Dios para ser perfectos con la perfección de Dios. En Madrid y en octubre de 1928 recibió la inspiración de fundar el Opus Dei para ofrecer el camino de la santidad a personas de todo tipo y condición, santificándose en su trabajo ordinario en medio del mundo».

Julián López Martín, obispo de León, comenta: «Para mí, la aportación mas importante de este nuevo santo es la de recordar a todos los fieles la importancia de la santidad para todos, laicos y sacerdotes. En la Iglesia eso ya estaba dicho, pero ha sido Escrivá el que ha sabido hacerlo entender a toda clase de personas».

El obispo de Getafe, Francisco P. F. Golfín, recalca: «La Iglesia canoniza una persona y un carisma, que no es otra cosa que el espíritu del Evangelio: la llamada a la santidad; insistiendo en la vida ordinaria».

«El beato Escrivá hizo de su fidelidad al Sucesor de Pedro una nota distintiva de la Obra», comenta el obispo de Almería, Adolfo G. Montes.

La priora del convento de Carmelitas Descalzas de Coimbra escribe estas palabras: «Como cooperadoras del Opus Dei desde hace varias décadas, queremos manifestar (…) nuestra alegría por la próxima canonización del beato Josemaría».

Y añade. «Este gozo es compartido por la Hermana Lucía, que reitera lo que ya manifestó con ocasión de la beatificación del Siervo de Dios». La vidente de Fátima conoció personalmente al fundador del Opus Dei y le «empujó» cariñosamente a comenzar la labor apostólica en Portugal.

Guzmán Carriquiry Lecour, intelectual uruguayo y subsecretario del Pontificio Consejo para los Laicos, reconoce: «El anuncio de la próxima canonización del Beato Josemaría Escrivá me produce un vivo sentimiento de acción de gracias. Ha sido padre y maestro de muchos en el camino de la santidad y el apostolado. Un promotor incansable de la responsabilidad apostólica de todos los fieles, y en especial de los fieles laicos, en todos los ambientes y actividades en que les toca vivir».

«Su compañía e intercesión –añade– enriquece a toda la Iglesia y ayuda a renovar por todos los lugares fecundos ímpetus de santidad y apostolado, para mayor alabanza de Dios y servicio a los hombres».

Monseñor Domenico Sigalini, Asistente General Adjunto de Acción Católica Italiana, constata: «El beato Josemaría (…) ha entendido que Jesús se ha hecho hombre, ha padecido, ha muerto y ha resucitado precisamente para que todo hombre, toda mujer, pudiera ser sacerdote, rey y profeta – es decir, santo – en su misma laicidad».

Giancarlo Cesana, de Comunión y Liberación, observa: «”Todo trabajo es ocasión de santidad”. En esta frase – que es al mismo tiempo afirmación y propuesta – del beato Josemaría Escrivá, siento todo el atractivo y la fuerza del cristianismo, como experiencia que transforma y llena de sentido cualquier circunstancia de la vida, incluso la más rutinaria y banal».

«Ser reflejo del modo de ser de Cristo, el Santo por excelencia. Así sucede en el caso de dos de los grandes personajes de la Iglesia Católica del siglo XX: el beato Josemaría y la Madre Teresa» señala Brian Kolodiejchuck, M.C., Postulador de la causa de canonización de la Madre Teresa de Calcuta.

«Entre esos puntos en común –añade — no puedo dejar de señalar el gran amor a la Iglesia, al Papa, a la confesión sacramental; o la fe indiscutida en el valor de la oración como punto de partida de toda acción apostólica; y tantos otros aspectos, como la capacidad de emprender ambiciosas iniciativas de servicio a los demás».

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ZENIT Staff

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