Objeción de conciencia ante la píldora abortiva del «día después»

Llamamiento del presidente de los farmacéuticos católicos españoles

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

MADRID, 19 feb 2001 (ZENIT.org).- Ante la inminente distribución de la píldora abortiva del «día después» en el territorio español, el presidente de la Asociación Española de Farmacéuticos Católicos de ese país ha hecho un llamamiento a sus colegas a la objeción de conciencia.

Ahora bien, José Carlos Areses, en una entrevista concedida a «Alfa y Omega», semanario de la arquidiócesis de Madrid, ha reconocido que los farmacéuticos que sean coherentes con su conciencia podrían experimentar fuertes pérdidas económicas.

Como ejemplo, pone una experiencia que a él mismo le ha tocado vivir: «Una oficina estatal me pidió, nada más y nada menos, que mil cajas de preservativos. Y yo no los tengo porque no quiero. Y, al decir que no, perdí no sólo ese pedido concreto, sino todos los pedidos sucesivos de esa gran compañía. Y me costó. Pero había que ser coherente. Además, el Señor siempre
es más generoso… ».

«Ante la cultura del hedonismo y de transigir con todo –explica Areses–, el farmacéutico tiene que tener una actitud clara: la vida, por encima de todo. Desde el inicio hasta el final. El Papa nos ha pedido nuestra aportación. La Iglesia nos necesita, y tenemos que ser coherentes».

La píldora del aborto, según ha explicado el subdirector de la Agencia del medicamento de España, se va a dispensar en el territorio español, a partir de febrero, en las farmacias. «Esto va a suponer un problema enorme para todos nosotros: el farmacéutico va a estar sometido a una presión grande. A nosotros ya nos metieron un gol con los anticonceptivos –explica el farmacéutico católico–. Empezaron diciendo que eran anovulatorios y, al principio, tenían muchas contraindicaciones; luego fueron puliéndolos. Cada vez tenían menos efectos secundarios, y, sin embargo, ya no sólo eran anticonceptivos que impedían la ovulación, sino que también muchos actuaban como abortivos, porque impedían la anidación del óvulo fecundado. De hecho, los prospectos de la píldora del día después dicen que, en efecto, su acción es en un 50 por ciento anticonceptiva. Y, en el otro 50 por ciento, anti-implantatoria. Es decir, abortiva».

Según el presidente de los farmacéuticos católicos españoles la tragedia actual está en la sustitución del aborto quirúrgico por el aborto químico. «El aborto quirúrgico es un trauma para la mujer, porque es una cirugía, es un trance para ella muy duro. Ahora, en cambio, estamos cayendo en decir: Eso lo vamos a superar, y la mujer, sin necesidad de quirófano, va a poder hacer desaparecer a su niño. Nos lo intentan vender diciendo que no tiene contraindicaciones, que es más fácil. El gran problema es que, hoy día, con estas píldoras parece que nadie ha matado a nadie. Éste es el gran problema y nuestra gran responsabilidad como farmacéuticos».

José Carlos Areses asegura que el farmacéutico tiene derecho a la objeción de conciencia, algo «reconocido por la Constitución española». Asimismo asegura que este derecho estaría mejor defendido si la corporación de farmacéuticos españoles adoptara un código deontológico, como el que tienen, por ejemplo, los médicos.

Areses concluye reconociendo que detrás de la píldora abortiva del día después «Se mueven cantidades ingentes de dinero. Eso sí es verdad. Hay intereses descomunales, impresionantes. Esta industria mueve cantidades de miles de millones».

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación