MADRID, domingo, 2 diciembre 2007 (ZENIT.org).- Desafiando el frío de la noche, personas que respondieron al llamamiento de la coordinadora «HazteOir.org» y otras diez plataformas y asociaciones se manifestaron el 30 de noviembre, ante el Ministerio de Sanidad, en Madrid, España, por los graves delitos cometidos en varias clínicas de Barcelona, y no se descartan concentraciones en otras ciudades. Entre los convocantes, también estaba el Foro de la Familia.
Los brutales delitos de abortos de embarazos de hasta ocho meses, hechos públicos por la Guardia Civil, han llevado a detener a los presuntos culpables y ponerlos a disposición de la justicia.
Según diversos medios de comunicación españoles, Carlos Morín, apodado popularmente el «rey del aborto», se ha enriquecido cometiendo abortos ilegales en sus clínicas de Barcelona, con total impunidad, hasta el lunes pasado. Morín, peruano, tenía una Fundación que era tapadera para captar clientes entre mujeres inmigrantes.
Este 28 de noviembre, el diario nacional ABC informaba sobre las máquinas trituradoras que usaban para transformar a los fetos de mayor tamaño en una papilla que luego se hacía desparecer por un desagüe.
«La Vanguardia», diario que se hace en Cataluña, daba noticia por su parte de los abortos de niños de ocho meses practicados en los establecimientos de Morín, de los que el juez tuvo noticia gracias a las escuchas telefónicas.
En conversaciones intrascendentes en las que, por ejemplo, se repasaba la jornada laboral del día, en cada una de las clínicas investigadas, una persona le dice a otra: «Hoy he hecho cinco ‘rompecocos’». ‘Rompecocos’ es una expresión recurrente en las conversaciones telefónicas intervenidas por el juzgado.
¿Qué es un rompecocos?, se pregunta Ignacio Arsuaga de «Hazte Oír» y responde: «Se inserta en el útero un tubo hueco que tiene un borde afilado. Una fuerte succión (28 veces más fuerte que la de una aspiradora casera) despedaza el cuerpo del feto que se está desarrollando, así como la placenta, y absorbe ‘el producto del embarazo’. La persona que practica el aborto introduce luego una pinza para extraer el cráneo, que suele no salir por el tubo de succión. Casi el 95% de los abortos en los países desarrollados se realizan de esta forma [aborto por succión]».
Los seis detenidos por esta operación, al frente de los cuales está Carlos Morín, han declarado ante el juez, conducidos por la Guardia Civil de Barcelona. No se descarta que en un futuro haya más detenidos, y que los registros se extiendan a otras clínicas de España, como la que el propio Morín tiene en Madrid, ClinicalBCM.
Conmocionados por esta barbarie, ante la que las autoridades sanitarias parece que cerraron un ojo, si no los dos, y ahora revelada a la opinión pública, gracias a la investigación de las fuerzas del orden, un grupo de ciudadanos han organizado una concentración para gritar al Gobierno: ¡Basta ya de abortos ilegales!
«Ahora que los medios están reconociendo una realidad hasta hace bien poco ignorada –han explicado los convocantes de la manifestación–, es decir: que los centros abortistas, incumpliendo sistemáticamente la Ley, se han convertido en verdaderas ‘cámaras de los horrores’, es el momento de manifestarnos a favor de la vida».
Y añaden que esta cita ha sido también por solidaridad «con los más de cien mil niños abortados cada año en España, mientras que las autoridades sanitarias se lavan las manos».
Los convocantes han exigido al Gobierno y al Parlamento que garanticen el cumplimiento riguroso de la legalidad vigente en la práctica del aborto.
Por Nieves San Martín
