Oriente Medio necesita una “solución global”, afirma el Papa

Pide una “evolución en el respeto a la verdad y la reconciliación” en Siria

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves 9 de junio de 2011 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI subrayó hoy, al recibir al nuevo embajador de Siria ante la Santa Sede, Hussan Edin Aala, la necesidad de una solución “global” para Oriente Medio que no excluya a nadie.

En su discurso al aceptar sus cartas credenciales como representante de este país, el Pontífice aludió también a la particular situación de tensión que vive el país, a raíz de las revueltas civiles que se han producido en varios países del Mediterráneo.

El Papa insistió en que, para que haya paz en Oriente Medio “debe encontrarse una solución global”, que “no debe lesionar los intereses de las partes en causa, y debe ser fruto de un compromiso y no de una decisión unilateral impuesta por la fuerza”.

La fuerza, insistió Benedicto XVI, “no resuelve nada, y tampoco las soluciones parciales o unilaterales, que son insuficientes”.

Es necesario “proceder desde una aproximación deliberadamente global que no excluya a nadie de la búsqueda de una solución negociada, y que tenga en cuenta las aspiraciones y los intereses legítimos de los diversos pueblos implicados”, subrayó.

En referencia a la situación de tensión que actualmente se vive en Siria, por la oposición ciudadana al régimen del Presidente Al-Assad, el Papa afirmó quela unidad y la estabilidad de cada nación “pasa por el reconocimiento de la dignidad inalienable de cada persona humana”.

“Ésta debe estar por tanto en el centro de las instituciones, de las leyes y de la acción de las sociedades”, subrayó el Papa, proponiendo el camino “de la escucha, del diálogo y de la colaboración”.

Los acontecimientos que han tenido lugar durante los últimos meses en ciertos países alrededor del Mediterráneo, entre ellos Siria, “manifiestan el deseo de un futuro mejor en los ámbitos de la economía, de la justicia, de la libertad y de la participación en la vida pública”, explicó.

“Estos acontecimientos muestran también la urgente necesidad de verdaderas reformas en la vida política, económica y social”.

Sin embargo, estas evoluciones no deben realizarse “en términos de intolerancia, de discriminación o de conflicto, y aún menos de violencia, sino en términos de respeto absoluto de la verdad, de la coexistencia, de los derechos legítimos de las personas y de las colectividades, así como de la reconciliación”.

Por ello pidió a las autoridades que tengan en cuenta “las aspiraciones de la sociedad civil así como las insistencias internacionales”.

Antigua cristiandad

El Papa quiso también llamar la atención sobre la minoría cristiana en este país árabe, destacando “el papel positivo de los cristianos en su país, que como ciudadanos están comprometidos en la construcción de una sociedad donde todos encuentren su lugar”.

Siria, explicó, es un lugar “muy significativo para los cristianos, desde los orígenes de la Iglesia”, pues fue el lugar del encuentro de Cristo resucitado, en el camino de Damasco, con el Apóstol Pablo.

“Son numerosos los testimonios arqueológicos de iglesias, de monasterios, de mosaicos de los primeros siglos de la era cristiana, que nos remiten a los orígenes de la Iglesia”.

Siria, subrayó el Papa, “ha sido tradicionalmente un ejemplo de tolerancia, de convivencia y de relaciones armoniosas entre cristianos y musulmanes, y a día de hoy las relaciones ecuménicas e interreligiosas son buenas”.

Concluyó deseando que “el impulso dado por la reciente Asamblea especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos traiga un fruto abundante” a este país “en beneficio de toda la población y de una auténtica reconciliación entre los pueblos”.

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ZENIT Staff

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