MOSCÚ, 9 enero 2003 (ZENIT.org).- La Santa Sede no acepta la petición de un jerarca del patriarcado ortodoxo de Rusia de destituir al arzobispo Tadeusz Kondrusiewicz, de la archidiócesis católica de la Madre de Dios en Moscú, como condición para retomar el diálogo con Roma.
«Los obispos de la Iglesia católica son nombrados y sustituidos por el Papa de Roma y no por jerarcas de otras Iglesias», ha afirmado a la agencia católica rusa «Cathnews.Ru» el encargado de asuntos temporáneo de la representación de la Santa Sede en la Federación Rusa, el padre Tomas Grysa.
En estos momentos, está vacante el cargo de representante de la Santa Sede en Rusia, después de que el arzobispo que desempeñaba este cargo, monseñor Giorgio Zur, fuera nombrado nuncio apostólico en Austria.
«Las decisiones de Juan Pablo II sobre la elevación de las administraciones apostólicas al rango de diócesis, el nombramiento de los obispos ordinarios, así como la institución de la sede metropolitana y del metropolita tienen carácter irreversible. Precisamente estas decisiones determinan el desarrollo de la Iglesia católica en Rusia en el próximo futuro», añade el padre Grysa.
En los últimos días se habían extendido rumores en Rusia, según los cuales, el Vaticano habría aceptado el ultimátum presentado por estos exponentes ortodoxos.
El diplomático vaticano añade los obispos permanecerán en sus sedes, incluido el obispo Jerzy Mazur, expulsado de Rusia el mes de abril del año pasado, quien ahora se ve obligado a gobernar la diócesis de San José en Irkutsk (Siberia oriental) desde el extranjero.
La presión sobre los católicos por parte de las autoridades civiles y el ultimátum de otras asociaciones religiosas han sido calificadas por el padre Grysa de «inoportunas e incorrectas».
