Pablo VI no había pensado en vender «La Pietà» de Miguel Ángel

Respuesta del portavoz vaticano a noticias de la prensa italiana

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CIUDAD DEL VATICANO, 1 febrero 2002 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha desmentido este viernes la noticia publicada por un periódico italiano, según la cual, el Papa Pablo VI pensaba vender «La Pietà» de Miguel Ángel para dar el dinero a los pobres.

Un comunicado de prensa publicado por el portavoz vaticano, Joaquín Navarro-Valls, asegura que «la noticia no tiene fundamento».

«Es más –añade el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede–, fue precisamente el Papa Pablo VI quien, tras la exposición de «La Pietà» en Estados Unidos, dio indicaciones precisas para que la obra de mármol de Miguel Ángel no dejara nunca más el Vaticano sin el permiso especial del Santo Padre a través de la Secretaría de Estado».

La declaración de Navarro-Valls tiene lugar en respuesta a un dossier del semanario italiano «Diario», en el que se afirma que, en julio de 1978, el anticuario francés Daniel Wildenstein fue recibido por el Papa Giovanni Battista Montini para hacer un estudio sobre la venta de «La Pietà».

El artículo se basa en las memorias del anticuario, hoy fallecido, publicadas en francés con el título «Marchands d´arts». Según «Diario», en la traducción italiana de esas memorias se habrían eliminado las páginas sobre aquel encuentro «por presiones vaticanas».

El portavoz del Vaticano ha revelado que el secretario personal de Pablo VI, el obispo Pasquale Macchi, tiene en su posesión una carta que le escribió Wildenstein tras publicar sus memorias en francés en la que desmiente esta conjetura. Según él, durante la audiencia, el obispo de Roma no expresó su intención de vender la escultura.

La existencia de esta carta del anticuario dirigida a monseñor Macchi –explicó a los periodistas Navarro-Valls–, llevó a la decisión de eliminar de la edición italiana las páginas que el mismo Wildenstein había desmentido.

En los años setenta, un artista húngaro, Laszlo Toth, considerado como un desequilibrado mental, había provocado importantes daños a la obra de Miguel Ángel a golpes de martillo sin ofrecer ninguna explicación a su gesto. Por este motivo, hoy día se expone en la Basílica vaticana defendida por una urna de cristal blindado.

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ZENIT Staff

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