Pablo VI: Pasión por la Iglesia

Juan Pablo II recuerda los 23 años del fallecimiento de su predecesor

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CASTEL GANDOLFO, 6 agosto 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ofreció esta lunes una misa en sufragio de su predecesor, el Papa Pablo VI, en conmemoración de los 23 años de su fallecimiento, que tuvo lugar el 6 de agosto en la residencia pontificia de Castel Gandolfo.

Se trata de un gesto que el actual pontífice viene realizando durante todo su pontificado, en recuerdo de aquel Papa italiano que, según algunos biógrafos ya había visto en el joven arzobispo polaco a su sucesor.

En ese mismo día, la Iglesia celebraba la fiesta de la Transfiguración de Jesús. Por este motivo, explicó este lunes el actual obispo de Roma en la homilía: «Mientras la liturgia invitaba a contemplar a Cristo transfigurado, él terminaba su camino sobre la tierra y entraba en la eternidad, donde el rostro santo de Dios resplandece en todo su esplendor».

«Este día, por tanto –añadió el Papa Wojtyla está ligado a su memoria, envuelta por un singular misterio de luz que difunde esta solemnidad».

Durante sus quince años de pontificado (1963-1978), Giovanni Battista Montini subrayó particularmente el aspecto eclesial del misterio de la Transfiguración. «No desaprovechaba ninguna ocasión para subrayar que la Iglesia, Cuerpo de Cristo, participa por la gracia en el mismo misterio de su Jefe», explicó el Papa.

En 1972, recordó Juan Pablo II, el Papa Pablo VI lo dijo con estas palabras: «Quisiera que tuvierais la capacidad para entrever en la Iglesia la luz que lleva dentro, la capacidad para ver a la Iglesia transfigurada, es decir, para ver lo que el Concilio ha ilustrado de manera tan clara en sus documentos».

«La Iglesia –añadía el Papa Montini– encierra un misterio profundo, inmenso, divino… La Iglesia es el sacramento, el signo sensible de una realidad escondida, que es la presencia de Dios entre nosotros».

«En estas palabras –concluyó Juan Pablo II– se puede ver su extraordinario amor por la Iglesia. ¡Esta fue la gran pasión de toda su vida!»

La relación entre Pablo VI y Karol Wojtyla fue intensa. Nada más comenzar su pontificado, el Papa Montini elevó a Cracovia, diócesis que comenzaba a ser guiada por Wojtyla, al grado de arquidiócesis.

En mayo de 1967, con tan solo 47 años de edad (hoy sería algo realmente sorprendente), Pablo VI creaba cardenal al arzobispo Wojtyla.

El cardenal polaco participó en numerosas audiencias privadas y públicas concedidas por el Papa Pablo VI durante todo su pontificado, pues además de ser líder de una de las diócesis más grandes de Polonia en momentos difíciles para el país (en esos años realizó tres visitas «ad liminia» al pontífice), era miembro de organismos vaticanos.

Ahora bien, el momento que todos consideran decisivo en la vida de Karol Wojtyla fue la Cuaresma de 1976, cuando Pablo VI le invitó a dirigir los Ejercicios Espirituales a la Curia romana en los que él mismo participó. Desde aquel momento, el arzobispo de Cracovia comenzó a ser conocido por todos los cardenales residentes en Roma, algo que sin duda influyó en su futura elección como obispo de Roma.

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ZENIT Staff

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