Pakistán: La ayuda a los damnificados impulsa el diálogo entre cristianos y musulmanes

Cáritas logra hacer llegar las ayudas a pesar de los problemas de comunicación

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RAWALPINDI, jueves, 27 octubre 2005 (ZENIT.org).- El dramático terremoto que flageló el 8 de octubre la zona de Cachemira controlada por Pakistán se ha convertido en un estimulo al diálogo entre cristianos y musulmanes en la región, según revelan quienes trabajan en las tareas de ayuda y reconstrucción.

Cáritas Pakistán ha logrado transportar ayuda humanitaria a algunas de las comunidades de las zonas más remotas de Cachemira que han quedado aisladas tras el devastador terremoto del pasado 8 de octubre.

Este objetivo, que se había convertido en un objetivo prioritario para la Cáritas local, ha podido ser cubierto en los últimos días, una vez que los miembros de varios equipos de Cáritas han conseguido repartir varias tiendas de campaña en algunos de los núcleos de población a los que el seísmo ha dejado incomunicado. Cáritas Pakistán ha confirmado el reparto de 200 tiendas de campaña y otros artículos de primera necesidad en el pueblo de Naraha, en la región de Balakot, donde ya se registran temperaturas nocturnas de hasta 7 grados bajo cero.

«Este reparto ha supuesto todo un desafío para nosotros –ha declarado Tariq Raza, coordinador de emergencias de la Cáritas Pakistaní– y queremos asegurarnos de que la distribución de las tiendas en esta zona se hace de forma apropiada, antes de dirigirnos a otras áreas afectadas cercanas de Muzaffarabad».

Cáritas ha expedido otro cargamento de tiendas al pueblo de Dabrian, ubicado en el entorno montañoso de Balakot y cuyo acceso por carretera quedó cortado como consecuencia del terremoto.

En las próximas semanas, Cáritas Pakistán calcula haber repartido 8.000 tiendas y 4.000 mantas a las 5.000 familias a las que está prestando ayuda de emergencia en las zonas de Balakot y Muzaffarabad.

El presidente de Cáritas Internacional, Denis Vienot, se encuentra en Pakistán para conocer de cerca los efectos del desastre y tomar contacto directo con el personal local de Cáritas y de las organizaciones de la Iglesia católica que están prestando ayuda a los damnificados. Vienot se ha encontrado en el país con los miembros del equipo técnico de respuesta a emergencias (ERST) enviado por Cáritas Internacional a la zona para acompañar los trabajos de la red Cáritas en el terreno.

«Al volar en helicóptero sobre las zonas afectadas, te das cuenta de la inaccesibilidad de muchos núcleos de población y de las ingentes dificultades logísticas para auxiliar a las comunidades más vulnerables», ha declarado el presidente de Cáritas Internacional.

Una carta enviada por un grupo de jóvenes musulmanes y cristianos que ofrecen su ayuda en el Rawalpindi General Hospital. donde se asiste a heridos rescatados de las ruinas, confirma la colaboración entre creyentes de ambas religiones.

«Tratamos de dar apoyo a los heridos, porque hace falta quien los escuche, los limpie y los asista. El personal de los hospitales nos ha sugerido esta tarea, de la que veían una absoluta necesidad. La gente tiene necesidad de contarle a alguien lo que ha vivido. Sentimos cuan importante es estar allí para asumir en nosotros este sufrimiento y ser signos concretos del amor de Dios», informan los jóvenes voluntarios.

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ZENIT Staff

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