Pakistán: «La comunidad cristiana se siente muy insegura y amenazada»

Mensaje de los superiores generales a la familia mundial dominicana

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ROMA, jueves, 13 diciembre 2007 (ZENIT.org).- Los superiores generales de la Orden de Predicadores y de las Hermanas Dominicas han enviado un mensaje «a la Familia Mundial dominicana» en el que ilustran la difícil situación que viven sus hermanos y hermanas dominicos en Pakistán.

En la misiva, publicada el pasado 25 de noviembre,  piden oraciones por ellos y por la comunidad cristiana en general que, afirman, «se siente muy insegura y amenazada».

Fray Carlos Azpiroz Costa, maestro de la Orden, y la hermana María Fabiola Velásquez Maya, coordinadora internacional de las Hermanas Dominicas, firmaron un mensaje conjunto en el que explican que los dominicos viven y desarrollan su ministerio en 101 países del mundo.

Añaden que muchos miembros de la familia dominicana «están presentes en países asolados por la pobreza económica y los conflictos» y que, en las ultimas semanas, están especialmente «al tanto de la situación del pueblo de Pakistán y de los miembros de la familia dominicana que viven allí».

«Estamos en comunión con ellos en la oración y en la solidaridad durante este tiempo de crisis», afirman los superiores dominicos.

La crisis en Pakistán existe, denuncian en su mensaje, «porque el presidente de Pakistán, general Pervez Musharraf, declaró el estado de emergencia el 3 de noviembre. En consecuencia, la constitución de Pakistán está suspendida, los ciudadanos de Pakistán están privados de sus derechos básicos, docenas de miembros de la Corte Suprema y jueces y presidentes de los Tribunales Superiores están bajo arresto domiciliario, la gente no tiene acceso a canales de televisión privada locales o a canales de noticias internacionales».

Cientos de periodistas, abogados y líderes políticos, añaden, «se encuentran bajo arresto domiciliario o en la cárcel».

Ante esta situación, explican, «la comunidad cristiana se siente muy insegura y amenazada. Los obispos y los superiores mayores de los religiosos en Pakistán están sumamente alarmados sobre la deteriorada situación del país».

Fray Carlos Azpiroz y la hermana María Fabiola Velásquez exhortan «al Gobierno de Pakistán a levantar el estado de emergencia, restaurar la Constitución suspendida, garantizar para todos, los plenos derechos civiles, liberar a todos los líderes políticos, periodistas, abogados y también a todos los jueces y sus familias que están bajo arresto domiciliario».

Piden así mismo que se permita «a la gente de Pakistán el libre acceso a los medios nacionales e internacionales de comunicación» y «un regreso a la democracia constitucional», que «mejorará la imagen y la posición mundial de Pakistán».

Así mismo exhortan «a todos los dominicos y dominicas en todo el mundo, a seguir rezando por el pueblo de Pakistán».

Y piden a los dominicos, en países cuyos gobiernos pueden ser capaces de influir en el gobierno de Pakistán, que «insten a sus gobiernos a ponerse en contacto directamente con el general Pervez Musharraf, presidente de Pakistán, para que insistan en el retorno a la democracia constitucional en Pakistán» y en que «los derechos humanos básicos sean asegurados; que el poder judicial sea restaurado» y que no se prive «al pueblo del acceso a los medios locales o internacionales de comunicación».

«Como hombres y mujeres de fe, consideramos inaceptables los efectos del actual estado de emergencia y la suspensión del ejercicio de la Constitución», añaden los firmantes del mensaje.

Y concluyen: «En comunión con nuestro padre Domingo, que lloró por los que sufren, y de nuestra hermana Catalina [de Siena, ndr.], que influyó en los líderes civiles de su tiempo, somos su hermano y hermana».

Repetidas veces, a lo largo del mes de noviembre la Iglesia en Pakistán han lanzado parecidos llamamientos al que han hecho los superiores mayores de los dominicos.

El 18 de noviembre, monseñor Lawrence Saldanha, arzobispo de Lahore, presidente de la Conferencia Episcopal de Pakistán, se unió a los medios de comunicación en la denuncia de las medidas gubernamentales contra los periodistas, durante la reunión anual de la junta directiva del programa en lengua urdu de «Radio Veritas» Asia, en Lahore.

Así mismo, líderes eclesiales hicieron un llamamiento a que se acabe el estado de emergencia y se restauren las instituciones democráticas. En este sentido, la Iglesia católica se unió a otros grupos civiles y políticos, incluyendo partidos musulmanes, que hacían la misma petición.

La crisis estalló el 11 de noviembre, cuando Musharraf anunció que seguiría el estado de emergencia, supuestamente para reforzar la lucha contra el terrorismo, pero que se prolongará hasta más allá de las previstas elecciones generales que prometió se celebrarían el 9 de enero de 2008.

Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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