Palestinos e israelíes siguen sin acuerdo sobre Jerusalén

El 13 de septiembre, Arafat podría proclamar el estado palestino

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JERUSALEN, 4 septiembre (ZENIT.org).- El 13 de este mes, se cumple el plazo fijado para llegar a un acuerdo entre israelíes y palestinos y, si no se llega a un entendimiento, Yasser Arafat, presidente de la Autoridad Nacional Palestina, podría proclamar unilateralmente el nacimiento del Estado palestino. Los árabes insisten en reivindicar la soberanía de la parte Este de la ciudad de Jerusalén.

Es este el mayor obstáculo para llegar a un acuerdo de paz. Israel no tiene la intención de renunciar a la soberanía sobre la parte oriental. Los palestinos, por su parte, exigen establecer su propia capital en la parte Este, no erigiendo un muro de división sino imaginándola «abierta a la Occidental», pero han rechazado cualquier propuesta de limitar o compartir la soberanía. En particular, los palestinos quieren ser soberanos de la explanada donde se alzaba el antiguo templo de Salomón y de Herodes y donde, tras la ocupación árabe, fueron construidas las mezquitas de Omar y El Aqsa. Sobre este tema habló precisamente el sábado el presidente egipcio Hosni Mubarak para afirmar que esta zona debería estar bajo soberanía palestina así como Jerusalén Este y sus lugares santos, mientras que el Muro de las Lamentaciones y el barrio judío deberían permanecer bajo soberanía israelí.

En la cumbre informal de Evian, donde se han reunido este fin de semana los responsables de Exteriores de la Unión Europea, ha intervenido sobre el tema el ministro italiano Lamberto Dini, para el que «Europa no puede permanecer ausente del proceso de paz en Oriente Medio». Italia es favorable a una solución que prevea un «estatuto internacional para los santos lugares». Dini ha dicho a sus colegas europeos que «no se debe dar por supuesto que Israel pueda tener la soberanía sobre toda Jerusalén».

«Este problema debe ser superado –añadió–. El mundo árabe no aceptará nunca este planteamiento y podría ser tarea de Europa encontrar una solución que esté “en medio” de las diversas posiciones». Un «esquema simple» para Jerusalén apoyado por «garantías internacionales». Una posición que es muy cercana a la del Vaticano.

La posición de la Santa Sede para que Jerusalén tenga un «estatuto especial», garantizado por la comunidad internacional, deriva del memorándum de los patriarcas y líderes cristianos de la Ciudad Santa, publicado en noviembre de 1994, en el que se exponía orgánicamente la visión de las tres religiones monoteístas. Se asegura la preservación de sus características, como se han desarrollado en los siglos, no sólo de libertad de acceso y de culto para los fieles del lugar y los peregrinos, sino también salvaguardando el tejido humano y cultural como se manifiesta hoy.

Para la Santa Sede –según expuso monseñor Jean Louis Tauran, secretario para las Relaciones con los Estados, en una conferencia tenida en Jerusalén en 1998– el estatuto político relativo a la soberanía deberá ser definido por las partes palestina e israelí; el religioso deberá derivarse de entendimientos entre los líderes de las tres religiones monoteístas y ser garantizado por la comunidad internacional.

Lamentablemente esta posición, que ha sido claramente acogida por el acuerdo entre la Santa Sede y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) del pasado febrero, ha sido muchas veces mal entendida por los responsables palestinos que han rechazado la idea de una «internacionalización» de Jerusalén. Análogos malentendidos se han podido notar en declaraciones de exponentes israelíes y en la prensa judía.

Y para que sea escuchada la voz de las iglesias de Jerusalén, los patriarcas greco-ortodoxo, amenio-ortodoxo y latino, en nombre también de los otros líderes de comunidades cristianas, pidieron el pasado julio a Clinton, Barak y Arafat ser escuchados y tenidos en cuenta en la negociación para que «se afirmen y garanticen los valores de Jerusalén en su aspecto mundial, universal, religioso, cultural y humano».

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ZENIT Staff

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