En el contexto de la celebración de los 500 años de la primera diócesis en tierra firme, bajo la advocación de Santa María la Antigua, los obispos panameños presentaron este 9 de septiembre a los fieles y a todo el pueblo panameño su Carta Pastoral “Valientes Misioneros del Evangelio”.
Los obispos panameños destacan que esta es una Carta Pastoral motivada «para dar gracias a Dios por haberle conocido en su amor, bondad y misericordia por su Hijo Jesucristo».
Según información enviada a ZENIT por el episcopado panameño, la presentación estuvo a cargo del arzobispo de Panamá y presidente de la Conferencia Episcopal Panameña, monseñor José Domingo Ulloa, OSA, quien destacó que todos los bautizados «estamos llamados a ser misioneros valientes, debemos salir de los templos, tal como lo ha pedido el Documento de Aparecida, y más recientemente el papa Francisco, para transformar el mundo y hacer presente el proyecto de Dios».
Evangelización siempre
En otro momento de la rueda de prensa ante los medios de comunicación del país, el alto prelado dijo que esta misión «le corresponde a cada bautizado en el lugar donde vive su fe, sea en la política, en la economía, en los medios de comunicación, entre otros».
“La Iglesia Católica, con su misión evangelizadora, es portadora hoy, como en tiempos anteriores, de esperanza para quienes la han perdido y de fortaleza para quienes la conservan», concluyó.
En la presentación del documento intervino también el obispo auxiliar de Panamá y secretario general de la Conferencia Episcopal Panameña, monseñor Pablo Varela Server, a quien le correspondió hacer un resumen de la Carta Pastoral. Explicó que el título «Valientes misioneros del evangelio», es una expresión tomada del papa Benedicto XVI, con la que han querido «agradecer a los que nos han precedido en la fe en estos 500 años».
“No somos triunfalistas –continuó Varela–, humildemente reconocemos no solo las luces sino también las sombras a lo largo de nuestra historia, y con mirada agradecida de pastores, sin pretender ser exhaustivos, destacamos momentos en los que la luz de Cristo ha quedado más viva en la memoria, como también las sombras presentes en nuestra tarea evangelizadora».
El texto completo de los obispos panameños puede leerse aquí
