Para defender el bien común, es necesario el crecimiento económico

Los empresarios cristianos de Portugal proponen un pensamiento neo-social

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FATIMA, miércoles 11 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Los empresarios cristianos de Portugal han pedido la promoción del crecimiento económico del país como modo de defender el bien común.

“La economía portuguesa no crece desde hace una década. Sin crecimiento económico, la degradación del estado social y el agravamiento del paro y de la pobreza serán un elemento inevitable, y la capacidad de pagar un eventual préstamo externo, una peligrosa inseguridad”, afirmó la Asociación Cristiana de Empresarios y Gestores (ACEGE) en un comunicado dado a conocer a la prensa el pasado viernes.

“La prioridad del crecimiento económico no deriva de una visión materialista o económica, al contrario es la condición necesaria para la defensa del bien común”.

En el contexto actual, afirman los empresarios, “vista la incapacidad de recrear el modelo económico y social, esta redefinición debe estar inspirada en los valores del humanismo cristiano, encarnado en la doctrina social católica y en sus principios fundamentales: la dignidad de la persona humana, el bien común, subsidiariedad y solidaridad”.

En su opinión, es necesario “un pensamiento neo-social, ya en contraposición el pensamiento estatal que nos ha bloqueado y ha asistido a la insolvencia del estado social, o en contraposición al pensamiento neo-liberal, que podrá permitir soluciones de eficiencia económica pero que no valora en su justa medida, la centralidad de la persona humana y del sufrimiento social en la acción política”.

“El pensamiento neo-social se basa en la redefinición del contrato social y del mismo estado social, en orden a la sostenibilidad de un modelo de sociedad fraterno y justo. Exige una apertura de espíritu para cambiar los paradigmas actuales, sea a nivel de organización, funciones y financiación del estado que sobre el plano de la responsabilidad individual y de la sociedad civil”.

Según los empresarios, la actual crisis portuguesa “provoca una emergencia individual, una emergencia económica, una emergencia social y una emergencia política”, siendo la individual “la principal”.

“En primer lugar, todos los portugueses están llamados a una única actitud: ‘Depende de mí’. Con esta máxima saldremos de la crisis”.

En segundo lugar, “la fe cristiana exige a cada uno de nosotros a saber ser felices en las dificultades, agradeciendo por todo lo que tenemos y considerando a los demás como nuestra prioridad. Para un verdadero cristiano, todos los momentos son momentos de esperanza y de servicio”.

“En tercer lugar, es imperativo el compromiso personal respecto a los valores de la ética cristiana”.

Los líderes de los empresarios, “con los talentos que Dios les ha dado, son uno de los principales factores de esperanza para millones de personas y para el futuro colectivo”.

“Nunca tantas personas esperaron tanto de los líderes empresarios”, confiesa la ACEGE. “Algunos de nosotros se perderán a lo largo del camino, vencidos por las circunstancias, pero unidos no vacilaremos. Nos piden más competencia, más energía, más exigencia, más generosidad, más confianza. Y esto que se nos pide, es lo que daremos”.

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ZENIT Staff

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