Para recuperarse de la crisis económica, revisar los sistemas de valores

Cumbre anual de los representantes de religiones con la Unión Europea

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BRUSELAS, martes, 12 mayo 2009 (ZENIT.org).- «La crisis económica actual revela una crisis espiritual y una falsa jerarquía de valores». Este es el análisis que monseñor Van Luyn, presidente de la Comisión de Conferencias Episcopales de la Comunidad Euroepa (COMECE), comunicó a los presidentes de la Comisión Europea y del Parlamento Europeo con ocasión de la Cumbre anual de los representantes de las religiones monoteístas con los presidentes de las instituciones de la Unión Europea (UE).
 
Invitados por el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, una veintena de representantes de la las religiones cristiana, judía y musulmana, procedentes de doce estados miembros, así como de Rusia se reunieron en el Berlaymont, en Bruselas, para intercambiar sobre la crisis económica y financiera y hacer una contribución ética al debate sobre la gestión económica europea y mundial, según informa en una nota de prensa la COMECE.
 
Monseñor Adrianus van Luyn subrayó que la falta de responsabilidad que ha llevado a la crisis económica no debía ser únicamente atribuida a los banqueros y a los comerciantes, sino también a aquellos responsables políticos que hicieron promesas que iban más allá de los compromisos que querían verdaderamente mantener, siendo un ejemplo los objetivos del milenio en materia de desarrollo.
 
Moneñor Reinhard Marx, arzobispo de Munich y vicepresidente de la COMECE, subrayó el riesgo de pérdida de confianza en la economía de mercado liberal, especialmente en los estados miembros de Europa central y oriental, donde son numerosos quienes habían depositado mucha esperanza en este modelo estos últimos veinte años.
 
Por su parte, monseñor Diarmuid Martin, arzobispo de Dublín, apeló al establecimiento de un marco ético y jurídico apropiado que permita a la economía funcionar de manera eficaz y realizar su función social. A fin de preparar un crecimiento renovado, según el arzobispo es esencial centrarse en los más débiles de nuestra sociedad. Puso en guardia sobre el hecho de que «si no logramos poner en acción políticas encaminadas a poner en valor los talentos de los más vulnerables, los marginados se encontrarán, a la llegada de la recesión, todavía más marginados y la sociedad se encontrará todavía más frágil».
 
El cardenal Miloslav Vlk, arzobispo de Praga, lanzó un llamamiento en favor de una educación en la responsabilidad que mire hacia el bien común y que se dirija a todos los niveles: agentes financieros, familias, empresas, autoridades públicas, sociedad civil. Esta educación en la responsabilidad puede encontrar un fundamento sólido en los principios de la doctrina social de la Iglesia: el bien común universal, el destino universal de los bienes, y la prioridad del trabajo sobre el capital.
 
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, así como el presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Pöttering, se congratularon de este encuentro y el amplio intercambio de puntos de vista que permitió.
 
Subrayaron que la Unión Europea no está basada en el modelo capitalista, fundada sobre el materalismo, sino más bien sobre el modelo de la economía social de mercado, que sitúa al hombre en el centro de sus preocupaciones. También reconocieron la importancia fundamental del diálogo de la UE con las Religiones.
 
Este diálogo, que depende desde hace cinco años de la buena voluntad de los representantes de la UE, se convertirá en cambio en obligatorio cuando entre el vigor el Tratado de Lisboa, gracias al artículo 17.
 
Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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