Pascua, esperanza para Rusia; según el patriarca de Moscú

El presidente Putin participa en la divina liturgia de Resurrección

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MOSCÚ, 5 mayo 2002 (ZENIT.org).- Con un mensaje de esperanza en la resurrección de Cristo, el patriarca de Moscú y de todas las Rusias felicitó a sus millones de fieles por la Pascua, que este domingo celebraban los cristianos orientales.

El presidente ruso Vladimir Putin y varios ministros de su gobierno asistieron a la divina liturgia, celebrada en este domingo de Resurrección en la catedral de Cristo Salvador en Moscú por el patriarca Alejo II.

Además del presidente Putin y su esposa, en el oficio religioso estuvieron presentes el ministro de Defensa, Serguei Ivanov, el presidente del Consejo de la Federación (Cámara Alta del Parlamento), Serguei Mironov, la vice-primer ministra, Valentina Matvienko, y el alcalde de la capital rusa, Yuri Ludkov.

La liturgia, de cuatro horas de duración, fue transmitida en directo por la televisión rusa.

En su «Mensaje pascual», el patriarca Alejo II, explica que a la luz de la resurrección de Cristo «todo se ve de otro modo».

«Iluminada por la luz de la Resurrección de Cristo, la cruz que cada uno de nosotros carga en su seguimiento del Señor se hace más ligera –la cruz de todos los días, enfermedades, preocupaciones y luchas, la cruz de ayudar a los que están junto a nosotros–».

«Hoy, como en los primeros siglos del cristianismo, aquellos que no conocen a Cristo están entrando en su Iglesia y alcanzan la «sabiduría de la verdad» –asegura el mensaje patriarcal–. Y nosotros estamos llamados a anunciar nuestra fe con gentileza y reverencia».

Tras invitar a profundizar en «el gran tesoro espiritual de nuestra santa fe ortodoxa», Alejo II recuerda que «la cristiandad ortodoxa siempre ha traído a la gente bondad y paz, alegría y amor».

«En el cumplimiento de nuestro deber de servir a la Iglesia de Dios –exhorta–, combatamos sin descanso el mal que está activo en el mundo –la rebelión contra la Verdad de Cristo, el culto de la violencia y el pecado, la criminalidad y la inmoralidad, la avaricia por el lucro y el culto del bienestar material–».

«Al buscar soluciones para los problemas globales que nos amenazan –el crecimiento del terrorismo, la enemistad internacional y social– nuestra Santa Iglesia se prepara para tomar un papel más activo», anuncia Alejo II.

«Estamos abiertos –revela– a la cooperación abierta con aquellos que persiguen la meta de un mundo que no está gobernado por el orgullo y el odio, por el dinero o la riqueza, por la ambición o la mala voluntad, sino por la concordia, el propio sacrificio, la legalidad y el amor».

Con motivo de la Pascua, el presidente Putin también ha dirigido un mensaje para recordar que «para millones de rusos, Pascua es un acontecimiento particularmente importante y gozoso» que testimonia «la creciente influencia positiva de la Iglesia ortodoxa rusa y de otras confesiones tradicionales para nuestro país y para la vida de la sociedad».

«Estoy convencido de que, apoyándonos sobre un patrimonio moral y cultural único, lograremos conservar y acrecentar la riqueza espiritual de nuestro pueblo para transformar Rusia en un Estado próspero», dice el mensaje presidencial distribuido este sábado.

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ZENIT Staff

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