Patriarca de Moscú: Las diócesis católicas, «desafío a la Ortodoxia»

Se mantiene por el momento la visita del cardenal Kasper

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MOSCÚ, 12 febrero 2002 (ZENIT.org).- El patriarca ortodoxo de Moscú, Alejo II, considera que las nuevas cuatro diócesis católicas constituyen un «desafío lanzado a la Ortodoxia», según explica en un comunicado distribuido este martes por la agencia Interfax.

«Estos gestos de la Iglesia católica romana revelan objetivos misioneros de los cambios que han sido introducidos», afirma el patriarca y el Santo Sínodo de la Iglesia ortodoxa rusa en una declaración oficial.

El patriarca de Moscú califica estas actividades como «proselitismo», «uno de los principales obstáculos que se oponen a la mejoría de las relaciones entre nuestras Iglesias».

«Para atender a los católicos, que no son tan numerosos en nuestro país, no era necesario elevar el estatuto de las estructuras eclesiales católicas existentes», afirma. Según el Vaticano en el país hay 1.300.000 bautizados católicos, en su mayoría descendientes de deportados.

Juan Pablo II elevó este lunes al grado de diócesis las cuatro administraciones apostólicas de Rusia (Moscú, que será el arzobispado, Saratow, Novosibirsk e Irkutsk).

«Nunca ha habido nada parecido en la historia de Rusia», subraya el patriarca ortodoxo.

El Vaticano, en una nota histórica, explicaba ese mismo día que en Rusia sí había diócesis católicas antes del régimen comunista. La emperatriz Catalina II creó en 1773 la arquidiócesis católica más grande del mundo, Mohilev, que se extendía por todo el imperio. Además de la diócesis de Saratow, que se extendía también por Ucrania, en 1921 se erigió la vicaría apostólica de Siberia y en 1923 la diócesis de Vladivostok.

El comunicado patriarcal desmiente rumores de la víspera y no rechaza la visita del cardenal alemán Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, que debería visitar el patriarcado entre el 21 y el 22 de febrero.

El Vaticano respondió también el lunes a las acusaciones de «proselitismo» del patriarca, explicando que quienes entran hoy a la Iglesia católica en Rusia no son ortodoxos, sino personas sin fe.

Por otra parte, recordaba el mandato misionero que Cristo dejó a los cristianos («Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo»).

Por último, defendía el derecho a la libertad religiosa de los católicos en Rusia y de quien quiera hacerse católico, tranquilizando al mismo tiempo a quienes temen una «invasión» católica de Rusia, pues las comunidades son demasiado pequeñas para «alterar la identidad cultural de un país que tradicionalmente es considerado ortodoxo».

El patriarcado ortodoxo de Moscú tiene diócesis en los territorios tradicionalmente «católicos», derecho que sin embargo Alejo II no reconoce a la Iglesia católica en Rusia.

El arzobispo católico de Moscú, monseñor Tadeusz Kondrusiewicz, calificó la creación de las nuevas diócesis este martes como «el restablecimiento de la justicia histórica».

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ZENIT Staff

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