Patriarca de Venecia: Redescubrir el "capital humano" para salir de la crisis

Reflexión del cardenal Angelo Scola en la revista «Humanitas» sobre el buen gobierno

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SANTIAGO DE CHILE, domingo, 1 de febrero de 2009 (ZENIT.org).- La crisis económica debe llevar a redescubrir el auténtico valor del «capital humano», afirma el patriarca de Venecia.

«La crisis económico-financiera puede convertirse en una ocasión para un sobresalto virtuoso de cada uno de nosotros, acompañado de una mayor pasión por la edificación común y realista de la buena vida y el buen gobierno», sostiene el cardenal Angelo Scola en el artículo editorial de la reciente edición de enero de Revista Humanitas (www.humanitas.cl) de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

El patriarca de Venecia reflexiona sobre la realidad que se ha hecho manifiesta a partir de la actual situación financiera, señalando que «la crisis financiera muestra ostensiblemente la existencia de cierta involución antropológica y ética, al menos en las sociedades avanzadas».

Según el modelo hasta ahora reinante, «el horizonte de la convivencia humana se centra en el presente en menoscabo del futuro y se prefiere lo efímero a lo duradero, lo anónimo a lo personalizado, lo individual a lo comunitario».

«Son éstos los ámbitos que debieran ser objeto de reflexión de quienes están comprometidos personalmente en ese mundo de la empresa que hunde sus propias raíces en una sólida tradición familiar y laboral, donde es evidente el peso de la experiencia comunitaria cristiana», aclara el purpurado italiano.

El cardenal destaca la importancia de aprovechar el escenario presente para incrementar el valor de la perspectiva humana en las relaciones económicas: «En la crisis actual siguen ‘Estado’ y ‘mercado’ efectivamente siendo expresión de constitución de la sociedad y su tradición y del carácter actual de las relaciones sociales».

«En cuanto a las empresas –añade–, la crisis debe impulsarlas hacia un mayor reconocimiento del peso del capital humano». 

En su análisis, el cardenal Scola se pregunta por el sentido de la intervención estatal en esta situación histórica y sobre si habría que renunciar, en favor del Estado, al peso de la sociedad civil.

A lo cual responde que «con la crisis ciertamente necesitamos ‘más Estado’, pero lo necesitamos para salvaguardar el peso de la sociedad civil y para tener más mercado. Se plantea indudablemente un problema de eficiencia, pero con un imprescindible aspecto ético de equidad».

Paralelamente remarca que «la Doctrina Social de la Iglesia señala incansablemente la preponderancia de la sociedad civil también en el ámbito económico», junto con la necesidad de que exista una justa subordinación valórica del Estado a la sociedad civil de  manera que la convivencia no quede reducida puramente en la dicotomía «Estado-mercado».

Por lo mismo, señala que «en la actual coyuntura histórica la intervención del Estado tiene un carácter sobre todo de emergencia, necesario para interrumpir la cadena de la crisis. No parece existir una alternativa de salvamento a la intervención pública, aunque esto se deba puramente al hecho de que el Estado tiene el monopolio de la recaudación fiscal coercitiva».

En estas circunstancias, según su visión, se requiere una mediación estatal destinada a dar protección a los sectores más desamparados. «Una ‘buena’ intervención del Estado permitirá que los costos de la crisis se cubran en el tiempo y entre los distintos grupos de ciudadanos en forma menos inicua de lo que habría ocurrido por efecto directo de la crisis. Es preciso evitar por lo tanto que suceda lo que normalmente ocurre, es decir, que la crisis se descargue sobre los sectores más débiles», puntualiza.  

Para finalizar, el cardenal Scola expresa que «la historia nos señala que algunos bancos y grandes patrimonios surgieron ‘de la parte inferior’ de la empresa social».

«Para indicar esta preciosa dotación de nuestra historia, tiene entonces sentido emplear las fórmulas ‘más capital humano’, ‘más capital civil’; pero en este sentido ‘más sociedad’ sirve también para tener ya sea un ‘mercado’ (también financiero) más abierto y participativo, ya sea un ‘Estado’ digno de su función de servicio al bien de la común convivencia». 

El patriarca de Venecia es miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de Revista Humanitas de la Pontificia Universidad Católica de Chile desde su fundación, en 1995, tiempo en que él ocupaba la rectoría de la Pontificia Universidad Lateranense.

Por Bernardita M. Cubillos

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ZENIT Staff

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