Paul Bablot © LÓsservatore Romano

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Paul Bablot cruza Asia en bicicleta para conocer las minorías cristianas

¡Gracias a Stalin, la presencia cristiana en Asia central!

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(ZENIT – 26 nov. 2017).-  Paul Bablot está terminando una aventura de un año, en bicicleta, entre Tailandia y París, al encuentro de las minorías cristianas de Asia y de Oriente: ‘Cyprien Viet’ lo conoció por Radio Vaticano en francés, el martes 21 de noviembre de 2017.
Después de un año de voluntariado con las Misiones Extranjeras de París en Tailandia con la minoría Karen, Paul Bablot comenzó a finales de 2016 un periplo de 15.000 Km en bici a través de 23 países al encuentro de cristianos de Asia, para así poder sacar a la luz el fervor de las comunidades cristianas locales, a menudo poco conocidas del público occidental.
Llegado a Roma el 18 de noviembre, ha participado en la misa matinal del Papa Francisco que le ha animado a dar testimonio del fervor de estas comunidades: es lo que va a hacer el mismo Papa la semana que viene en Birmania y en Bangladesh, en tanto la intención de oración de noviembre es por los cristianos de Asia. Transcripción de ZENIT.
De la diócesis de misión a la diócesis de origen
Durante este año de voluntariado con los Karen, he trabajado con misioneros y sacerdotes locales que trabajan con los cristianos que están completamente olvidados. Y de los que nadie tiene conocimiento, esto permanece extremadamente confidencial. E incluso mis amigos muy comprometidos en la Iglesia descubrieron y se quedaron sorprendidos e incluso estupefactos de ver el fervor  que podía reinar en estas comunidades, en las montañas, a veces a tres, cuatro, cinco horas de caminata en la jungla para llegar a los pueblos cristianos. A medida que pasa el tiempo, los meses, quise dar a conocer mejor a estas comunidades cristianas, y me dije que sería una buena idea vincular la diócesis misionera con mi diócesis de origen, en París. Y entonces busqué una manera de hacerlo y ser lo suficientemente independiente. La bici se ha ido imponiendo más o menos rápidamente a mí que no había hecho nunca bici en Francia.
El itinerario
Pasé de Tailandia, a Laos, a Vietnam, a China, donde pasé las navidades, con la Iglesia oculta de China, después a Kazajstán, Kirguistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Irán, Armenia, Georgia, Turquía, después Chipre, Líbano, Jordania, Tierra Santa, de nuevo Chipre y Turquía, después en barco hasta Atenas, para llegar a Europa, Macedonia, Serbia, Croacia y ahora Italia y el Vaticano.
Los cristianos de China
Me he quedado extremadamente sorprendido que no estén tan ocultos como dicen. He pasado las navidades en un valle en Yunan, y allí tenéis cinco o seis aldeas que están a lo largo del valle con iglesias que están bien visibles, y algunas han sido reconstruidas estos últimos años, y en medio, tenéis la casa del patrón local del partido comunista. Él sabe muy bien que hay cristianos en la región. Hay una verdadera tolerancia porque los cristianos no están ocultos en el sentido de que no están “clandestinos”. Pero no es la Iglesia que está conectada con Pekín, es la Iglesia que está vinculada con Roma y en comunión con Roma. Es aquí donde uno se da cuenta  que la noción de la Iglesia oculta está mucho más matizada y el problema es más complejo de lo que nos quiere hacer creer Europa.
Los cristianos de los países de la ex URSS
Principalmente los ortodoxos. Pero hay que regresar al tercer siglo porque desde el III siglo hay una presencia cristiana, hay “nestorianos”, antes de ser excomulgados. Los nestorianos llegaron a esta región, construyeron monasterios e iglesias. Luego hacia los siglos VII y VIII, hubo muchas persecuciones. Encontramos en el siglo XII bajo San Luis, las misiones franciscanas que vuelven. Luego después de los años 1200 hasta 1900, no ha habido ninguna presencia cristiana. Los cristianos han sido completamente erradicados, y allí Stalin deportó a principios del siglo XX  docenas, sino cientos de miles de polacos  y de alemanes, cristianos, católicos principalmente, pero también ortodoxos y así es Stalin quien trae al cristianismo contemporáneo a Asia Central. Ha sido Mons. José Luis Mumbiela Sierra, el obispo de Almaty, en Kazajstán que dijo: “¡Stalin, es el mayor misionero de la región!”. Gracias a él hay una presencia cristiana hoy. Y esto me ha marcado mucho porque en Almaty, antigua capital de Kazajstán, hay una catedral,  la catedral del Sagrado Corazón, que fue construida en los años sesenta. Pero durante cincuenta años, todos los años, la comunidad católica solicitó permiso para construir una iglesia. Cada vez era rechazado, y después un día, no sabemos por qué, la solicitud fue aceptada: todos los años, volvían a hacer la solicitud y esta vez fue aceptada, han podido construir una catedral.
En Armenia
Hay un verdadero fervor popular. Cuando uno llega de Irán y de todos estos países de Asia Central, hace mucho bien ver cruces, calvarios por todas partes, y un verdadero fervor popular, es muy bonito. Y luego todos esos monasterios que salpican el país. Me conmovió mucho Tatev especialmente y después de Khor Virap y los monasterios en el alto Karakakh.
El encuentro con los musulmanes
Yo no ocultaba que era cristiano. Y estos son países donde, en Oriente, uno tiene una religión. Es un concepto que para ellos es absolutamente improbable decirse ateo o no tener religión. De manera que forzosamente, era: “Tú eres francés, entonces eres cristiano”. Y además es interesante: para todas estas personas, eres francés, entonces eres cristiano. Y muy a menudo, uno tiene una calurosa acogida y una verdadera tradición de la acogida al extranjero, quienquiera que sea, y así he podido tener conversaciones de fe, de teología, un poco, con algunas personas, más en Irán que en Turquía, pero se ve que hay una verdadera búsqueda de conocimiento.
Y en Irán, es paradójico, porque el Islam es religión de Estado, que hay una verdadera persecución real hacia los cristianos pero no directas, sino insidiosas: no tienen el derecho de trabajar por ejemplo en todo lo que sea trabajo de restauración, no tienen derecho de trabajar en la administración, en los bancos, y poco a poco se van del país. Es muy difícil. Un misionero que encontré, que estaba allí desde hacía cincuenta años, me dijo que veía disminuir a la comunidad cristiana.
Al lado  de esto tenéis la universidad de las religiones en Qom, un poco al sur de Teherán, que acaba de terminar la traducción, con la Santa Sede, del Catecismo de la Iglesia católica en Persa, en fars. Y ellos habían traducido ya una parte del Pentateuco, y desde ahora se consagran en los Evangelios y esto no es una traducción que hacen por su parte, es verdaderamente una traducción que hacen con la Santa sede, una verdadera traducción. Irán es un país de paradojas, yo apenas estaba sorprendido cuando el nuncio me dijo esto. Me dijo: “¡esto es lo que acabamos de terminar con la Universidad de las religiones de Qom!”. Esto muestra que el diálogo es posible, hay preguntas teológicas y una investigación real para saber qué es el cristianismo, para estas universidades, de comprender lo que es. Para las conversiones, el que trabaja es el Espíritu Santo! Al menos desde el punto de vista universitario, saber quién es él.
El regreso a Europa
No hay calidez por parte de Oriente de una manera general, pero es mucho más fácil encontrar cristianos! y la idea de este viaje es de dar testimonio a estas comunidades cristianas que están por el camino, especialmente aquellas que están en Francia, Italia y por el camino. Es verdad que uno puede estar un poco desazonado, por esta frialdad. Esto no tiene nada de extraordinario de encontrar un cristiano para mi, en el sentido de que yo veo cristianos todos los días y casi a cada paso. Seguro que en Irán no lo ven todos los días. Pero hay que alegrarse también de la simplicidad de lo que se ve cada día. Yo no he estado decepcionado de llegar a Europa, estoy gozoso. Y desde un punto de vista práctico es mucho más fácil: encuentro las referencias que conozco. Por una parte es más fácil abandonarse a la Providencia, cuando desde el punto de vista material no hay ningún problema!, Es más fácil: es mucho menos cálido que en China!
Encuentro con el Papa
Tuve la gran gracia de poder asistir a su misa matinal y al finalizar hemos charlado rápidamente. Le he pedido que firmara mi libro de oro, explicándole el periplo. Él me ha dicho «gracias por lo que haces porque tú vas a dar testimonio y vas a mostrar a los europeos, a los franceses, a todas estas comunidades cristianas, y tenemos necesidad de personas como tú que hagan esto». Yo estaba muy honrado y un poco avergonzado porque mi pequeño paseo en bici pudiera tener una resonancia así! Tomaré la palabra al Papa Francisco.
El viaje de Birmania a Bangladesh
Me conmovió porque pasé un año en la frontera birmana, que estaba al otro lado del río al final del jardín y pude estudiar en Birmania encontrando cristianos. Son verdaderamente bellas las comunidades que tienen una fe fiel y esto es lo impresionante, ver que cuanto mas difíciles son las pruebas, mas viva es su fe Y es un bello mensaje que el Papa quiere dirigir a los europeos cuando vaya a visitar esas periferias, estos cristianos que raramente han estado en primer plano.
Una grabación de Radio Vaticano (Cyprien Viet)
Traducción de ZENIT, Raquel Anillo

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Raquel Anillo

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