CIUDAD DEL VATICANO/LONDRES, martes, 15 abril 2008 (ZENIT.org).- Doce meses, veinticuatro países, 1.252 personas ejecutadas: es la cifra oficial de la pena capital en 2007, según denuncia este martes «Amnistía Internacional» (AI) y recoge «L’Osservatore Romano» como voz oficiosa de la Santa Sede.
En página impar de su sección internacional, el diario -edición italiana de publicación vespertina, fechada el 16 de abril- apunta los datos sobresalientes del informe de la organización pro derechos humanos, que denuncia asimismo 3.347 nuevas sentencias a muerte en 51 países.
La cifra de presos en espera de ejecución en los «corredores de la muerte» se presume hasta los 27 mil, siguiendo datos de organizaciones de defensa de los derechos humanos, medios de comunicación e informaciones gubernamentales.
Las cifras de ejecuciones no incluyen aquellas cubiertas por el secreto de Estado. «Hay que levantar el velo que envuelve la pena de muerte», reclama AI en su informe.
La organización registra un incremento de la «terrible plaga» de ejecuciones en Irán (317 en 2007; 177 el año precedente), en Arabia Saudita (143 frente a 39) y en Pakistán (135 contra 82).
Como se hace eco el diario de la Santa Sede, Riad encabeza la cifra de condenas a muerte respecto a la población; le siguen Irán y Libia. Igualmente Arabia Saudí, Irán y también Yemen han cumplido penas capitales en condenados por un delito cometido cuando eran menores de dieciocho años.
Pero 2007 también es el año en que la Asamblea General de las Naciones Unidas ha adoptado -por 104 votos a favor, 54 en contra y 29 abstenciones– una resolución para poner fin a la aplicación de la pena de muerte, una medida punitiva que «ataca la dignidad humana» –apunta el organismo mundial- y carece de «pruebas conclusivas de que tenga un valor disuasorio».
Esta «histórica decisión», «con tan amplia mayoría, muestra que la abolición global es posible», confía AI; ésta pide a todos los gobiernos su adhesión al compromiso asumido por la ONU y la abolición de la pena de muerte.
De acuerdo con «Amnistía Internacional», hasta la fecha han suprimido la pena capital para todos los delitos 92 países (el año pasado las Islas Cook, Ruanda y Albania; este año Uzbekistán; en 2006, Filipinas y Montenegro; en 2005, Liberia y México; en 2004, Senegal, Grecia y Turquía); otro tanto han hecho 10 más, salvo para delitos excepcionales (es el caso de Kirguizistán, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Israel y Letonia); otros 33 países han abolido la pena de muerte «de facto» porque no se registran en ellos ejecuciones desde hace una década o porque han asumido un compromiso en este sentido a nivel internacional.
Más información en http://www.amnesty.org/
Por Marta Lago
