El purpurado, que recibió del gobierno la Medalla de la «Orden del Sol» en el Grado de Gran Cruz, llegó a ese país para llevar la solidaridad espiritual y material de Benedicto XVI y participar IX Congreso Eucarístico Nacional, que ya estaba previsto antes de que se produjera el movimiento telúrico.
«Hay necesidad de fundar una nueva esperanza, una nueva fuerza de reconstrucción moral, de reconstrucción material», dijo al llegar.
Tras invitar tener confianza y esperanza porque, «todos son solidarios con el pueblo peruano», destacó que las Iglesias particulares tienen presente en estos momentos las necesidades el pueblo peruano.
El legado pontificio, que presidirá las actividades del IX Congreso Eucarístico Nacional en Chimbote, del 25 al 30 de agosto, fue recibido en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez por monseñor Héctor Miguel Cabrejos Vidarte, arzobispo de Trujillo y presidente de la Conferencia Episcopal Peruana.
