Pésame de la Iglesia universal y local por la tragedia del Maratón de Boston

El papa Francisco y el arzobispo O’Malley lamentan un atentado »sin sentido»

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El papa Francisco ha enviado un telegrama de pésame por las víctimas del atentado durante el Maratón de Boston, Estados Unidos.

El atentado se produjo ayer, cerca de la línea de meta de la popular carrera en la que participaban 91 españoles, algunos paralímpicos. Las tres explosiones de bombas aparentemente caseras –sigue la investigación- produjeron al menos tres muertos –uno de ellos un niño de ocho años- y un centenar y medio de heridos, algunos muy graves o con amputaciones.

A través del cardenal secretario de Estado Tarcisio Bertone, el santo padre, ha enviado un mensaje al arzobispo de la ciudad Sean Patrick O’Malley OFM Cap.

En su mensaje, el santo padre afirma sentirse “profundamente apenado por las noticias de la pérdida de vidas y graves heridas, causadas por el acto de violencia perpetrado la pasada tarde en Boston”. Y le asegura su “simpatía y cercanía en la oración”.

“En el desastre de esta tragedia sin sentido, su santidad invoca la paz de Dios para los fallecidos, su consuelo para quienes sufren y su fuerza para todos aquellos implicados en el continuo trabajo de ayuda y respuesta”, afirma el mensaje.

“En este momento de duelo –añade–, el santo padre reza para que todos los bostonianos se unan en un resuleot no dejarse vencer por el mal, sino en combatir el mal con el bien (cf. Rom 12:21), trabajando juntos para construir una sociedad incluso más justa, libre y segura para las generaciones venideras”.

Por su parte, en el momento de la tragedia, el cardenal arzobispo de Boston hizo pública una declaración.

“La Archidiócesis de Boston se une a la gente de buena voluntad en expresar profundo dolor a raiz de los acros de violencia sin sentido perpetrados en el Maratón de Boston de hoy”, afirma.

“Nuestras oraciones y preocupación están con tantos que experimentaron el trauma de estas acciones, y más especialmente con los seres queridos de aquellos cuyas vidas se perdieron y de aquellos heridos, y con los mismos heridos”.

“Los ciudadanos de la Ciudad de Boston y la Commonwealth de Massachusetts han sido bendecidos por el coraje y heroísmo de muchos, especialmente los hombres y mujeres de los departamentos de policía, bomberos, y servicios de emergencia que respondieron en muy poco tiempo a estos trágicos eventos”.

“El gobernador Patrick, el alcalde Menino y el comisionado de policía Davis están proporcionando el liderazgo que vemos durante estos muy difíciles momentos, y asegurando que se emprenden los procedimientos apropiados para la protección de la seguridad pública”.

“En medio de la oscuridad de esta tragedia tornamos hacia la luz de Jesucristo, la luz que era evidente en las vidas de la gente que inmediatamente volvió a ayudar a los necesitados hoy. Permanecemos en solidaridad con nuestros colegas ecuménicos e interconfesionales, en el compromiso de testimoniar el mayor poder del bien en nuestra sociedad, y en trabajar juntos por la curación”.

Por su parte, el cardenal arzobispo de Nueva York ha afirmado que «el trágico epílogo de Maratón de Boston nos recuerda que el mal existe y que la vida es frágil”.

Este es el primer comentario que el cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York y presidente de la Conferencia Episcopal estadounidense emitió tras las explosiones de las bombas en Boston que han sumido de nuevo a Estados Unidos en la pesadilla del fatídico 11-S.

“Los muertos y los heridos entre las personas reunidas para la celebración del Día de los Patriotas de Boston invitan a todos a orar por las almas de los caídos, la curación de los heridos y la recuperación de la paz”.

Las oraciones “especiales” de toda la comunidad católica de Estados Unidos, añade el cardenal Dolan, se dirigen en modo especial a la “Archidiócesis de Boston y las personas que allí están trabajando”.

Y añade: “La creciente cultura de la violenciaen nuestro mundo y también en nuestro país, exige medidas de seguridad sabias por parte de los funcionarios gubernamentales y un examen de conciencia por parte de todos nosotros para ver qué podemos hacer personalmente para promover la paz y el respeto al otro en nuestro mundo”. 

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ZENIT Staff

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