Pesar en el episcopado español por la conducta de dos políticos catalanes en Tierra Santa

El vicecustodio de Tierra Santa señala que los responsables deben presentar excusas

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MADRID/JERUSALÉN, lunes, 23 mayo 2005 (ZENIT.org).- «Hondo malestar y disgusto» ha suscitado entre el episcopado español la falta de respeto con que dos políticos catalanes trataron símbolos del cristianismo en Tierra Santa durante un viaje oficial la semana pasada.

El presidente de la Generalidad de Cataluña (una de las comunidades autónomas de España), Pascual Maragall, y el presidente del partido político «Esquerra Republicana de Cataluña», José Luis Carod-Rovira, «junto con otras personas que les acompañaban, se mostraban utilizando un símbolo de la pasión de Nuestro Señor Jesucristo, la corona de espinas, como objeto de bromas y de risas», explica este lunes una nota de la secretaría general de la Conferencia Episcopal española.

«El lugar de estos hechos era la ciudad santa de Jerusalén y el contexto de los mismos, un viaje institucional a Israel y Palestina», recuerda.

La escena de los políticos –Carod-Rovira, sosteniendo entre risas una corona de espinas sobre su cabeza, es fotografiado por Maragall cerca del Santo Sepulcro– fue recogida «de manera destacada» en la prensa del sábado.

Ha «causado indignación a muchos creyentes y no creyentes en España y en todo el mundo», constata la nota.

Y es que «las personas verdaderamente sensibles a la libertad religiosa y a los sentimientos de los creyentes respetan los lugares y los símbolos religiosos y se abstienen de mofarse de ellos y de herir de este modo a quienes los reverencian», apunta la nota, titulada «Los lugares y símbolos del cristianismo han de ser respetados».

«La mayor parte de los obispos españoles, reunidos ayer domingo en Zaragoza, procedentes de todas las Comunidades Autónomas, que habían tenido conocimiento de los hechos aludidos, han expresado su hondo malestar y su disgusto –confirma la nota– ante un comportamiento impropio de ciudadanos respetuosos y menos aún, si cabe, de quienes en virtud de sus responsabilidades políticas habrían de mostrar exquisito respeto a los derechos fundamentales de aquellos a quienes representan.»

Los prelados estaban realizando la Peregrinación Nacional por el Primer Centenario de la Coronación de la Virgen del Pilar (de Zaragoza) y el 150º aniversario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción.

«Hacemos constar, pues, nuestra enérgica protesta por unos hechos lamentables que, por haber acontecido en un lugar tan querido y tan visible para toda la Cristiandad, han afectado en cierto modo a toda la Iglesia y han dejado mal el nombre de nuestro pueblo en todo el mundo», finaliza la nota de la secretaría general del episcopado español.

Por su parte, el vicecustodio español en Tierra Santa, el franciscano Artemio Vítores, reconoció en la mañana de este lunes en declaraciones a la emisora de radio española COPE la «tristeza y vergüenza» que le produce el comportamiento manifestado por esos políticos durante su viaje oficial a Israel la semana pasada.

«Vivimos en un contexto donde, a pesar de las dificultades, se trabaja para la convivencia y el respeto», recordó el religioso, quien señaló el «poco sentido de la responsabilidad» de los políticos catalanes, «que deberían pedir excusas a todos los sectores de Jerusalén, no sólo a los cristianos», por su conducta, que se produjo a pocos metros del Santo Sepulcro y el pasado viernes, justamente el día en que se reza el Vía Crucis.

«Un representante político tiene que dar ejemplo, saber unir y no separar»; «hay que tener responsabilidad y saber dónde está uno», subrayó.

«En el respeto, reside la tolerancia», había apuntado ya el domingo Artemio Vítores, añadiendo que «la escena de la corona de espinas ha supuesto una bofetada para la sensibilidad de los cristianos de Jerusalén y todo el mundo» –cita Análisis Digital–.

Observó que también es «una ofensa a musulmanes y judíos, quienes son sumamente respetuosos con los Santos Lugares en Tierra Santa».

De «irresponsabilidad ofensiva» ha calificado por su parte, este lunes, el comisario de Tierra Santa para Valencia, Aragón y Baleares –el religioso franciscano Vicente Herrero– la actitud del político Carod-Rovira.

Comparte Vicente Herrero que «la burla hacia los cristianos en una ciudad como la de Jerusalén, que es centro de referencia para tres religiones monoteístas, se extiende también hacia los judíos y musulmanes». No obstante, «dudo que el señor Carod-Rovira hubiera realizado algún acto similar a la salida de una mezquita o ante el muro de las Lamentaciones», añadió en declaraciones a la agencia «AVAN».

Añadió que «la ofensa protagonizada» por los dos políticos «es un daño que ya está hecho y por ello no sirve de mucho asegurar, como ha indicado el político, que «no era intención de ofender a nadie».

José Luis Requero, vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) de España, dijo el domingo que la acción de los políticos fue una «manera gratuita de ofender los sentimientos de muchas personas».

Requero calificó el incidente como «una cuestión de mal gusto» –recoge Análisis Digital–. «Tienen que pensar que son representantes públicos, por lo cual lo que hagan no queda en la intimidad de un viaje privado de turismo», aclaró.

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ZENIT Staff

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