Pistas de la falta de respuesta a la vocación a la vida consagrada

ROMA, jueves, 20 julio 2006 (ZENIT.org).- La falta de acompañamiento se perfila como uno de los motivos principales por el que los jóvenes no siguen la llamada que una vez sintieron a la vida consagrada.

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Las páginas del diario italiano «Avvenire» abordaron el martes el tema, haciéndose eco de una encuesta –«Jóvenes y vocaciones»– recién realizada por «Eurisko» (un instituto de Italia) entre mil jóvenes de 16 a 29 años de edad.

Del estudio se desprende que diez jóvenes de cada cien sienten una vez en la vida la vocación al sacerdocio o a la vida religiosa (masculina y femenina).

Pero en la mayor parte la idea se abandona tras algunos meses.

El porqué de tantas vocaciones fallidas se encuentra en otros datos: el 71% de los jóvenes declara que no ha conocido amigos que hayan tenido el deseo de consagrarse al Señor.

Para el 29% la idea se debe a una experiencia personal, como la visita a un monasterio, una peregrinación o un retiro espiritual.

Son datos que, para el diario italiano, expresan «el hecho bastante amargo de que tras el abandono de la llamada existe sobre todo el abandono sufrido por los jóvenes».

Y añade también lo mucho que influye en las vocaciones fallidas el pensamiento de renunciar a demasiadas cosas, por ejemplo, a casarse, al que se suma el sucesivo temor a la soledad.

Experimentado en el terreno de la labor vocacional, el arzobispo de Cagliari –en la isla italiana de Cerdeña–, monseñor Giuseppe Mani, sugiere a los jóvenes cinco reglas que cita «Avvenire».

En una carta pastoral indica: hacer lo que agrada más, elegir lo que cuesta más, preferir lo que ayuda a los demás, elegir lo que da paz al corazón, consultar a una persona adulta.

La cuestión que apunta el diario italiano señala a quién ayuda a los jóvenes, pues una reciente investigación del Censo revela que el 70% de los jóvenes entrevistados no supo indicar a un hombre o a una mujer que representara un punto de referencia intelectual.

«Hay crisis de vocaciones también porque hay crisis de guías creíbles», comenta el diario.

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ZENIT Staff

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