NUEVA DELHI, 21 nov (ZENIT.org).- Lucha contra el hambre, promoción de la educación, defensa de la vida. En estos tres términos podría resumirse el programa del nuevo arzobispo de Nueva Delhi, monseñor Vincent Concessao.
El arzobispo tomó posesión de su cargo el pasado 19 de noviembre, en sustitución del arzobispo Alan De Lastic, muerto en un accidente de tráfico en Polonia el pasado 20 de junio, quien se había convertido en la voz que defendía a los cristianos víctimas de la actual oleada de persecución.
En su primer comunicado oficial del 20 de noviembre, enviado a la redacción de la agencia Fides, en Roma, el arzobispo presenta un auténtico manifiesto sobre lo que será su compromiso pastoral.
Monseñor Concessao declara que quiere trabajar con todos los hombres de buena voluntad, privilegiando quienes encuentran dificultades para satisfacer sus necesidades primarias: «¡Nadie debe acostarse con el estómago vacío! ¡No debe haber ninguna familia sin pan!», grita.
Por lo que se refiere a la cuestión de la violencia que tiene lugar en la India contra los cristianos, considera que se debe «principalmente de estructuras y prácticas sociales injustas».
«Una paz definitiva se obtendrá sólo cuando estas estructuras serán individuadas y abolidas», explica.
Convencido de que el futuro de su gente se juega en la educación, monseñor Concessao promete continuar el esfuerzo educativo de su arquidiócesis, prestando particular atención a quienes viven en los barrios pobres de la periferia de la ciudad.
Por último, el prelado constata que el individualismo y el consumismo, promovidos por los medios de comunicación, amenazan el carácter sagrado de la familia, por lo que «trabajaré para difundir una mayor toma de conciencia sobre la protección de los valores de la familia, educando en el uso crítico de los medios de comunicación».
