Polacos a Bruselas para defender el derecho a la información

En defensa del derecho a la TV católica Trwam a transmitir en la plataforma digital

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Por la redacción de ZENIT

ROMA, lunes 17 junio 2012 (ZENIT.org).- La historia de cómo fuerzas políticas e ideológicas dominantes en Polonia, están reduciendo la libertad de información, tratando de limitar las transmisiones de la única televisión católica del país, es una cuestión poco conocida en el mundo.

A pesar de la gravedad de este hecho, los defensores de la libertad de información parecen no ver, callan, o incluso aplauden. Es paradójico que según ciertos órganos de prensa los liberales polacos habrían derrotado a los integristas polacos.

Lamentablemente la cristianofobia parece estar de moda en el mundo liberal-radical de los medios, porque –como decía el profesor de comunicación Henry Jenkins–, «el nuevo anticatolicismo permanece el único prejuicio aceptable».

Cuando se golpea a los medios católicos los sacrosantos principios del pluralismo de la información paracen no contar; cuando las acciones liberticidas afectan al mundo católico, los defensores de la libertad callan.

Pero ¿qué ha sucedido exactamente en Polonia? Recordemos los hechos: el 19 de diciembre de 2011, el Consejo Nacional de la Radio y la Televisión Polaca (en polaco KRRiT) no concede a la única televisión católica del país el espacio en la nueva plataforma digital que desde 2013 asegurará a los polacos el acceso gratuito a una serie de emitentes.

A principios de enero de 2012, la Fundación Lux Veritatis, que es la propietaria de la TV Trwam, recurre contra esta decisión en el tribunal administrativo de Varsovia.

El 30 de enero de 2012, el partido Derecho y Justicia (PiS) de Jarosław Kaczyński –hermano del presidente Lech Kaczyński, muerto tragicamente en un accidente aéreo–, presenta una moción al Tribunal de Estado y a algunos miembros del KRRiT.

Mientras tanto, los varios diputados polacos en el Parlamento Europeo presentan una pregunta a la Comisión Europea, preguntando que se propone hacer para asegurar la transparencia en el proceso de asignación de las frecuencias en la plataforma digital y para hacer respetar el principio de igualdad de los sujetos en el mercado polaco de los medios.
La sociedad polaca no ha digerido la injusta decisión. Más de dos millones de personas han firmado una petición de protesta contra la decisión del KRRiT.

Frente a las protestas populares, los representantes del KRRiT han respondido cínicamente afirmando que «no cuentan las cartas de protesta».

De este modo, el KRRiT ha dado un pésimo ejemplo de un órgano de Estado, que debería servir a la sociedad, aunque en la práctica ignora las voces de millones de ciudadanos.
En defensa de la TV Trwam se han alineado muchas organizaciones, incluida la Asociación de Periodistas Católicos Polacos. En su comunicado se lee que «la negativa a la única televisión católica del espacio en la plataforma digital está en contradicción con los principios del estado democratico: la libertad de palabra, el pluralismo de opinión y la libertad de expresión, el igual acceso para todos a los medios técnicos que permiten expresar las diversas opiniones».

Otro tanto neta ha sido la reacción del Episcopado polaco: su Consejo Permanente ha preparado un llamamiento, en el que se subraya que la exclusión de una emisora de carácter religioso viola el principio de pluralismo e igualdad ante la ley.

Lamentablemente la masiva movilización de los católicos polacos por el momento no ha tenido el efecto deseado: para el KRRiT el caso está cerrado.

La cerrazón de las autoridades polacas a todas las protestas de los ciudadanos ha hecho trasladar la lucha por el pluralismo de los medios en Polonia a Bruselas: el 5 de junio un grupo de políticos polacos organizó en el Parlamento Europeo el llamado «public hearing», el debate público, cuyo fin era dar a conocer a los parlamentarios y periodistas europeos la historia de la discriminación de la única televisión católica en Polonia.

El principal organizador del debate, el profesor Mirosław Piotrowski, dijo que «el tratado de Lisboa dio a Polonia también la ciudadanía UE, entonces los problemas polacos se resuelven no sólo en Polonia sino también a nivel europeo. La decisión del CRRiT no puede ser sólo un problema local porque se refiere a los valores fundamentales de la Unión: la cuestión de la libertad de palabra, de pensamiento, de conciencia, la cuestión del pluralismo de los medios, son derechos incluídos en el Tratado y también en la cartas de los derechos fundamentales de la UE».

Los parlamentarios de la UE han recordado que la Comisión Europea en varias ocasiones ha pedido a los países miembros el respeto del pluralismo de los medios, el pluralismo que puede asegurares si todos tienen los mismos derechos de funcionar y si se respetan los criterios claros e iguales en la asignación de las concesiones radio-televisivas.

La preocupación por las amenazas a la libertad de palabra en Polonia han sido expresadas no sólo por los políticos sino antes que nada por los periodistas que sobre su piel han experimentado la falta de tal libertad.

Según el periodista Ziemikiewicz, el pluralismo en los medios en Polonia es una ficción porque desde hace años los ambientes del poder se han asegurado el monopolio y lo ponen a disposición sólo a quien les apoya. El caso de las plataformas digitales es emblemático: un gran grupo mediático detenta 13 puestos en las plataformas, el otro sólo un poco menos, entonces incluso si la gente tiene a disposición 20 canales televisivos, el pluralismo es falso porque detrás de estos canales están los mismos detentores del poder mediático.

En este contexto, los gobernantes polacos no quieren conceder ni siquiera un puesto a la televisión católica que expresa un punto de vista libre e independiente.

Otro periodista polaco, Bronislaw Wildstein, ha subrayado que la presencia de la TV Trwam no cambiaría los equilibrios de la escena mediática polaca, pero al menos podría desempeñar un papel saludable para la democracia polaca, porque es la única que «vigila» al poder. No hay democracia si no hay pluralismo de los medios y si tampoco la oposición tiene libre acceso a los medios, entonces la situación se hace preoccupante.

Con motivo del debate en el Parlamento Europeo referido a la TV Trwam, el semanario católico polaco Niedziela (El Domingo) entrevistó al padre Tadeusz Rydzyk, director de la televisión católica.

Rydzyk subrayó la importancia de la presencia de los medios católicos recordando un hecho reciente: el encuentro mundial de las familias con Benedicto XVI en Milán.

El papa reunió en torno a sí a un millón y medio de personas pero los medios polacos callaron y hablaron de hechos marginales, favoreciendo sólo voces críticas.
Los mismos medios dieron relevancia y servicios de primera plana a la noticia de la manifestación de cuatro mil homosexuales. Esto es un ejemplo patente de la cristianofobia practicada por los medios.

A pesar del ostracismo practicado hacia la TV Trwam, el padre Rydzyk se muestra optimista porque la defensa de la única televisión católica en Polonia ha mostrado que en el país hay todavía mucha gente honesta con recta conciencia, que ha comprendido qué es lo que está en juego.

Mientras en el Parlamento se desarrollaba el debate, en la plaza de Luxemburgo cerca de 500 polacos llegados no sólo de Polonia sino también de Gran Bretaña, Francia y Suiza manifestaban su apoyo a la TV Trwam.

Se manifestaban recordando los ideales de la Unión Europea: libertad (incluso de los medios), pluralismo y tolerancia. Hay que esperar que la opinión pública europea recuerde a los gobernantes polacos que estos ideales hay que aplicarlos en todos los países de la UE, también en Polonia.

Hablando del caso de la TV Trwam vale la pena citar al expresidente polaco Aleksander Kwaśniewski. Comentando el debate relativo a la televisión ca
tólica, dijo: «Si yo estuviera todavía en el poder, los padres redentoristas (la emisora Radio María y la TV Trwam dependen de la provincia polaca de los redentoristas) habrían ontenido el justo espacio en la plataforma digital. Aunque personalmente no miro la TV Trwam, en la sociedad pluralista también esta TV debería tener su puesto».

Debería hacer reflexionar que el exjefe de la juventud comunista y expresidente comunista de Polonia, pueda dar lecciones de democracia a los gobernantes polacos.

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ZENIT Staff

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