CIUDAD DEL VATICANO, lunes 2 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- La comunicación es decisiva para la evangelización y la comunión en la Iglesia, asegura el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede.
El portavoz ha analizado en el editorial del último número de «Octava Dies», semanario del Centro Televisivo Vaticano –del que también es director–, el trabajo de la asamblea plenaria del Consejo Pontificio par las Comunicaciones Sociales, celebrada en el Vaticano del 26 al 29 de octubre, para avanzar en la redacción de un futuro documento sobre pastoral de la comunicación.
El sacerdote revela que en este encuentro se han repetido «afirmaciones fuertes y densas» como «la Iglesia es comunicación», o «la comunión es fruto de la comunicación».
«Toda reflexión y todo proyecto debe comenzar no tanto por la fascinación que producen los nuevos medios de comunicación, sino por la misma naturaleza y misión de la Iglesia, que nace del anuncio de la Palabra de Dios y crece como comunidad, llamada a su vez a anunciar», añade el sacerdote.
De hecho, reconoce, «la comunicación penetra toda la vida de la Iglesia, la actividad de sus miembros, ya sean pastores o fieles».
«Y, si se quiere que el mensaje llegue a las personas de nuestro tiempo, en particular también a los jóvenes –a los ‘nativos digitales’–, la comunicación de la Iglesia debe encarnarse con valentía en los nuevos lenguajes, debe saber tener en cuenta las nuevas técnicas y las nuevas actitudes psicológicas».
Lo dijo el Papa en el discurso de conclusión de la asamblea plenaria, recuerda Lombardi, «hablando del desafío de ‘mantener inalterado el contenido’ del Evangelio, pero de ‘hacerlo comprensible con instrumentos y maneras adecuados a la mentalidad y las culturas de hoy'».
«Por tanto, hay que utilizar las nuevas tecnológicas y los lenguajes mediáticos en la aldea global y hay que hacerlo con toda la pasión e inteligencia que surgen de la convicción de tener una Palabra preciosa que comunicar; una Palabra tan inagotable y hermosa, que podrá inspirar sin fin toda nueva expresión creativa y dar dignidad a todo nuevo lenguaje», considera el padre Lombardi.
«Es importante que, en esta sociedad de la comunicación, todos en la Iglesia sean conscientes de ello», concluye.
