Portugal: La marcha por la vida movilizó a miles de personas

Para promover el no a la despenalización del aborto

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LISBOA, martes, 30 enero 2007 (ZENIT.org).- Miles de personas que quisieron afirmar el valor de la vida marcharon el pasado domingo 28 de enero por las calles de Lisboa. La nieve de la mañana lisboeta no frenó el entusiasmo de quienes entonaban eslóganes: «¿Abortar por opción cuando ya bate un corazón? No» y «La vida es bella no podemos acabar con ella», a lo largo del recorrido de la «Marcha por la Vida».

La marcha transcurrió entre la Maternidad Alfredo da Costa y la Fuente Luminosa en Alameda, a partir de las dos de la tarde.

Concepción, nacimiento, infancia, juventud, adolescencia, fase adulta y «abuelos». Estos fueron los itinerarios de la vida recordados en la marcha por las calles de Lisboa con el objetivo de pedir el voto al no, en el próximo referéndum del 11 de febrero. Fue también una forma de evidenciar el trabajo de varias asociaciones que trabajan en el terreno, «desarrollando acciones que promueven y dignifican la vida», explicó a la agencia Ecclesia Sofia Guedes, de la organización de la marcha.

En cada etapa del recorrido, se produjeron encuentros «con asociaciones que trabajan específicamente con personas pertenecientes a esa fase de la vida», y que diariamente «hasta de una forma silenciosa y anónima muestran que es posible trabajar dignificando la vida».
Con estas asociaciones estuvieron los movimientos cívicos que se organizaron para el debate en torno al referendum sobre el aborto, identificados con carteles que se espaciaban a lo largo de toda la «Marcha por la Vida».

En la Fuente Luminosa, un palco acogió las comunicaciones de quienes, venidos de Francia, España o Italia, sumaron sus argumentos en favor del «no».

Margarida Neto, de la plataforma «No-gracias», habló a la multitud presente movilizando votos por el no: «Defender la vida es una causa sin fin y nada ni nadie nos hará parar». Recordando el referéndum de 1998, explicó que fue la amistad, la unión de los que están contra el aborto la que hizo que no ganase. Por eso, exhortó a todos a mantenerse «unidos en la defensa de la vida».

Entre los presentes, hubo muchas figuras que no desisten de proteger, también jurídicamente, la vida. Para Bagão Félix, ésta «es una prueba de vitalidad de quien lucha por convicciones profundas, entre las que está el respeto por la vida, como elemento de nuestra dignidad». En declaraciones a Ecclesia afirmó también que esta marcha «es una manifestación de que la sociedad civil también se puede implicar en causas profundas como esta». «Aquí no hay partidos políticos, no hay edades, condiciones económicas o sociales, no hay religiones».

Isilda Pegado, que está también en el grupo de dirigentes de la plataforma «No-gracias», destacó el hecho de que esta marcha no sea el resultado de la convocatoria de partidos o religiones. Es el resultado de «una conciencia mayor por parte de las personas de que es preciso mantener una cultura de la vida». La presencia de miles de personas «es una gran lección de derechos humanos que el pueblo portugués está dando al mundo; es la apuesta por la vida y el apoyo concreto a mujeres en dificultad», dijo la ex diputada.

Maria José Nogueira Pinto justificó la presencia de muchos, en la tarde del domingo, como «ciudadanía» porque lo que se va a votar el 11 de febrero es «una cuestión de civilización», «es saber si vamos a retirar toda la protección jurídica a la vida intrauterina hasta las 10 semanas». Nogueira repitió el objetivo de la manifestación, en el contexto de un referéndum: «Estamos aquí para decir: ¡No, gracias!».

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ZENIT Staff

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