Prelado del Opus Dei: En el intercambio de opiniones se madura como «buscadores de la verdad»

Inaugurado el año académico de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz

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ROMA, martes, 10 octubre 2006 (ZENIT.org).- «Cultivar la caridad quiere decir para los universitarios ejercitarse con premura en trabajar con los demás, porque en el diálogo y en el intercambio de opiniones y experiencias se madura como personas y como buscadores de la verdad», dijo el obispo Javier Echevarría, gran canciller de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz y prelado del Opus Dei, al inaugurar el lunes el año académico del ateneo pontificio.

«En la vida universitaria –añadió–, la armonización entre la definición de la verdad y la dedicación al desarrollo de quienes están junto a nosotros es un imperativo irrenunciable».

«Con su palabra y con su ejemplo, san Josemaría predicaba constantemente este mensaje: que los demás puedan iniciar su tarea en el punto al que nosotros hemos llegado –añadió el prelado del Opus Dei–. Un deber, si se quiere, estratégico, pero que sobre todo manifiesta la preocupación por el bien de las almas y del futuro de la sociedad».

Refiriéndose a la primera encíclica de Benedicto XVI, «Deus Caritas Est», monseñor Echevarría la definió «un llamamiento a todos nosotros para no separar nunca la investigación de la verdad del amor por los demás», partiendo del «programa del cristiano: un corazón que ve. Este corazón ve dónde hay necesidad de amor y actúa en consecuencia».

El acto de inauguración, que tuvo lugar en la nueva Aula Magna dedicada a la memoria de Juan Pablo II y en el que participaron algunos representantes diplomáticos ante la Santa Sede de doce países y el ex presidente de la República Italiana Francesco Cossiga, contó con el saludo inicial del rector magnífico, monseñor Mariano Fazio.

«Iniciamos un nuevo año académico lleno de posibilidades, a continuación del año pasado en el que hemos visto crecer el número de alumnos, de países representados y de nuevas opciones de estudio y de investigación», comenzó diciendo el rector.

«Intentaremos seguir por este camino ..añadió–. Pero a los datos numéricos se añaden tantos desafíos culturales que hacen que el trabajo de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, y de todas las universidades pontificias romanas, se convierta en indispensable y lleno de responsabilidad».

«Vivimos en un mundo rico de valores humanos y cristianos en el que miles de personas ofrecen su vida al servicio de los demás, a menudo de modo escondido pero no por esto menos fecundo: estas personas son la sal de la tierra», añadió monseñor Fazio.

«Al mismo tiempo, no podemos cerrar las ojos ante los múltiples problemas que afligen a la cultura contemporánea y amenazan el respeto de la persona humana», subrayó.

Es, por tanto, «en esta encrucijada de la historia» en la que «nosotros católicos, cristianos y personas de buena voluntad, tenemos un punto de referencia claro y seguro: el magisterio de nuestro bienamado romano pontífice Benedicto XVI».

El secretario general de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, monseñor Alfonso Monroy, presentó la situación del año académico transcurrido, con información sobre los progresos realizados por el ateneo, las actividades de investigación de los profesores y el número de matriculados.

Refiriéndose al cuerpo docente, monseñor Monroy recordó que los profesores «han dado a la imprenta 30 volúmenes, publicado 150 entre artículos y aportaciones a obras colectivas, reseñado más de 40 publicaciones, desarrollado o presentado unas 250 ponencias y comunicaciones en otras tantas actividades académicas».

En cuanto al número de alumnos, «han sido 1.467, de los que 930 están matriculados en las cuatro facultades y 537 en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas en el Apollinaire. Hay que considerar también 106 alumnos matriculados en los cursos de Licencia del Instituto de Derecho Canónico San Pío X de Venecia, agregado a nuestra Facultad de Derecho Canónico. La Facultad ha emitido, a través del citado instituto, los cuatro primeros títulos de Licencia».

Los alumnos «provenían de 76 países de los cinco continentes, distribuidos en 21 africanos, 13 asiáticos, 23 europeos, 17 americanos y dos de Oceanía».

Durante las intervenciones del rector, del secretario general y del gran canciller, no faltaron alusiones a los numerosos benefactores de la Universidad «a los cuales siempre va nuestra gratitud» porque entre otras cosas «este año hemos podido conceder becas a 193 alumnos».

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ZENIT Staff

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