Primera santa para los cristianos perseguidos en la India

Ya han sido asesinados al menos ochenta

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 12 de octubre de 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI canonizó este domingo a la primera santa india, santa Alfonsa de la Inmaculada Concepción, presentándola como intercesora para los cristianos de su país, que están experimentando un persecución sin precedentes.

La hermana Alfonsa (1910-1946) su nombre de pila era Anna Muttathupadathu, encontró su camino de santidad en la Congregación de las Clarisas de la Tercera Orden de San Francisco, falleciendo a los 35 años.

«Sus virtudes heroicas de paciencia, fortaleza y perseverancia en medio de profundos sufrimientos nos recuerdan que Dios siempre ofrece la fuerza que necesitamos para superar toda prueba», dijo el Papa al final de la celebración eucarística, en la que participaron unos 40 mil peregrinos, en la plaza de San Pedro del Vaticano.

«Mientras los fieles cristianos de India dan gracias a Dios por su primera hija presentada a la veneración pública, quiero asegurarles mis oraciones durante estos momentos difíciles», añadió el Papa haciendo referencia a la persecución que están experimentando.

Según han informado los obispos indios presentes en el Sínodo, al menos 80 cristianos han sido asesinados desde que se desencadenó la persecución religiosa en el país, particularmente en el Estado de Orissa.

Los ataques son organizados por fundamentalistas hindúes. La chispa estalló el 23 de agosto, tras el asesinato, en el distrito de Kandhamal, de Swami Laxmanananda Saraswati, líder de de la organización extremista hindú Vishva Hindu Parishad (VHP).

Se considera que el Partido Bharatiya Janata es su brazo político. Saraswati dirigía desde hace tiempo una campaña violenta contra las conversiones al cristianismo.

Los representantes cristianos, sin embargo, han condenado en todo momento este asesinato, y no ha sido reivindicado por ellos.

La campaña de violencia ha provocado la destrucción de decenas de iglesias y lugares de culto, de conventos, escuelas, y propiedades de cristianos.

Benedicto XVI encomendó «al cuidado providencial de Dios todopoderoso a todos los que luchan por la paz y la reconciliación».

Asimismo, pidió «a los autores de la violencia que renuncien a estos actos y se unan a sus hermanos y hermanas en la construcción de una civilización del amor».

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ZENIT Staff

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