Profesoras del islam se preguntan cómo educar a los jóvenes en la paz

Conferencias sobre diálogo interreligioso en la Gregoriana

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ROMA, martes, 15 mayo 2007 (ZENIT.org).- La Universidad Pontificia Gregoriana de Roma ha sido recientemente el centro de numerosas conferencias de relieve sobre el diálogo interreligioso.

Mientras muchos estudiosos y funcionarios se enzarzan en debates de alto nivel para afrontar argumentos actuales, dos profesoras, una cristiana y una musulmana, hablaron la semana pasada sobre la educación de los jóvenes como clave para establecer el diálogo y la paz entre las culturas.

Jane McAuliffe, licenciada en Estudios Islámicos en la Universidad de Toronto, es una cristiana que ha dedicado su carrera al estudio del islam.

«En mi generación, había muy poco en la educación que nos expusiera a otras tradiciones religiosas y culturales –reconoció–. Pero me impactó profundamente la piedad musulmana y la comprensión musulmana de lo divino, y empecé a estudiar las tradiciones islámicas».

McAuliffe, actualmente decana del «College» de Artes y Ciencias de la Universidad de Georgetown de Washington, afirmó que en pocos decenios la población estudiantil ha cambiado mucho haciéndose muy heterogénea.

La profesora de estudios islámicos afirmó que lo que antes era formalmente un campus tradicional católico está lleno ahora de estudiantes de tradiciones religiosas diversas, incluso islámicos.

«Las conversaciones interconfesionales entre estudiantes y Facultades, en lecciones formales e informalmente en el campus, sirven para preparar un diálogo que sea más consistente en el futuro», dijo McAuliffe.

La docente añadió que parte de su papel de educadora consiste en «contrarrestar los prejuicios que entran en la vida de los jóvenes» a través de su educación, el ambiente y los medios de comunicación.
«Ningún caso o experiencia de diálogo interreligioso puede ser enteramente satisfactorio –comentó– La simple tolerancia de los demás no es suficiente».

McAuliffe cree en cambio que lo que se enseña en las universidades debe tocar a las personas a un nivel más profundo: «No se puede dejar de ser tocados por el contacto con otras religiones».

La profesora Amel Grami de la Universidad Manouba de Túnez, musulmana reformista e investigadora en el campo de las relaciones islamo-cristianas, ofreció una perspectiva diferente sobre las actuales tendencias de la educación.

La docente se mostró de acuerdo sobre el hecho de que educar a los jóvenes puede abrir caminos a la paz, y advirtió también de que en algunas zonas prevalecen las «ciberguerras» que diseminan «la ideología yihadista» y promueven la cultura de la muerte.

Grami explicó también que en estos mismos ambientes académicos se promueve una «identidad musulmana transnacional».

«Los estudiantes aprenden que pertenecen al islam. El islam es su patria y debe ser protegida de la corrupción de Occidente», observó.

Algunos imanes carismáticos promueven entre los jóvenes la idea de que la violencia es un medio justificado para defender a la «patria».

A pesar de estas tendencias, Grami afirmó que el ambiente educativo podría formar a los jóvenes a emprender un auténtico diálogo interreligioso e intercultural.

«Una cultura de paz puede ser promovida por acciones y ambientes que refuercen los lazos entre justicia y solidaridad».

La educación, dijo, debe basarse en la verdadera paz, y los medios de comunicación deben ser utilizados para promover una cultura de la no violencia, independientemente «background» religioso.

Al mismo tiempo, Grami recordó que la paz es también una batalla personal: «Tenemos que enseñar a las personas a elegir la vida, enseñarles a anclar sus acciones en la paz».

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ZENIT Staff

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