Profundizando en las vías intelectuales que abrió Karol Wojtyla

Congreso convocado por la «Asociación Española de Personalismo»

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MADRID, martes, 21 febrero 2006 (ZENIT.org).- Punto de partida para desarrollar «al máximo» las vías intelectuales que abrió Karol Wojtyla: así se puede sintetizar el Congreso Internacional recién celebrado en Madrid sobre «La Filosofía Personalista» de quien fue Juan Pablo II.

Del 16 al 18 de febrero, esta reflexión-homenaje ha sido una iniciativa de la «Asociación Española de Personalismo» (AEP) para colmar una laguna intelectual por la falta de estudio sobre el pensamiento filosófico del Papa polaco.

Y es que «la figura de Karol Wojtyla-Juan Pablo II posee un atractivo y una riqueza inmensa y sólo ahora empezamos a estar en condiciones de apreciarla en todo su valor», reconoce Juan Manuel Burgos Velasco –fundador y presidente de la AEP– a Zenit haciendo balance de la cita internacional.

Considera que «uno de los muchos méritos» de la «gran personalidad» de Wojtyla «es la riqueza y profundidad de su filosofía».

«Las ponencias y los debates que han tenido lugar a lo largo de este Congreso han mostrado sin lugar a dudas que su reflexión filosófica es un tesoro que los intelectuales cristianos no sólo deben conocer, sino procurar desarrollar», subraya.

Estas jornadas de trabajo también han mostrado que Karol Wojtyla realizó aportaciones especialmente significativas en diversas áreas.

En «la antropología, mediante una profundísima renovación del concepto de persona atenta a valorar siempre su dignidad»; en «la ética centrada en la “norma personalista” según la cual “la única actitud adecuada frente a la persona es el amor”», explica Burgos.

Igualmente cita las aportaciones de Wojtyla en «la relación varón-mujer, que muestra cómo la persona es imagen y semejanza de Dios no sólo individualmente, sino como unión de dos, un planteamiento que permite además trabajar en la formulación de la identidad sexual del hombre y de la mujer», y en «la familia, entendida como comunión de personas y único lugar social en el que se realiza verdaderamente que cada hombre o mujer es irrepetible e insustituible».

En los debates y en el pensamiento de los congresistas la filosofía de Karol Wojtyla ha aparecido, finalmente, «como una filosofía personalista que se nutre de una raíz tomista y de otra fenomenológica», si bien ha variado «la importancia que se ha asignado al peso de la dialogicidad en su pensamiento», puntualiza.

Actas y continuidad
«Ediciones Palabra» (www.edicionespalabra.es) se encargará de recoger todas estas reflexiones con la publicación de las Actas del Congreso –se estima que a lo largo de este año–.

Pero «esta publicación no debe constituir el cierre definitivo de este Congreso, sino sólo su inicio radical, porque todos los que admiramos su filosofía debemos proponernos desarrollar al máximo las vías intelectuales incoadas por Wojtyla», recalca Juan Manuel Burgos Velasco.

De hecho, Karol Wojtyla «pudo, personalmente, sistematizar y elaborar algunas de las muchas intuiciones que alumbró, pero otras son sólo, por ahora, meros fogonazos de luz, escondidos en sus escritos», reconoce.

«Atizar esos focos para que surjan grandes hogueras de pensamiento nuevo y poderoso que ilumine el siglo XXI es la gran meta que nos ponemos como objetivo último de estas Jornadas», concluye el presidente de la AEP.

[Más información en «Asociación Española de Personalismo»: www.personalismo.org]

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ZENIT Staff

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