¿Pueden apostar las Naciones Unidas por una lotería mundial?

Las ganancias del juego crecen; también los problemas

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NUEVA YORK, 28 de septiembre de 2002 (ZENIT.org).- Los problemas causados por el juego excesivo se han convertido en un tozudo hecho. Pero no han disuadido a las Naciones Unidas de la idea de lanzar una lotería para promover su financiación.

Ed Stanek, comisionado para la lotería en Iowa, revelaba que uno de sus consultores ha mantenido contactos con las Naciones Unidas y con funcionarios de la Asociación Mundial de Loterías para organizar juegos de azar mundiales que contribuirían a financiar parte de los programas humanitarios de las Naciones Unidas, informaba el 30 de agosto Associated Press.

A principios de mes, 13 miembros ejecutivos de la Asociación Mundial de Loterías se reunieron en Dublín, Irlanda, para discutir la propuesta, informaba el National Post de Canadá el 13 de agosto. La asociación representa a 140 loterías de 73 países.

Las estimaciones preliminares dicen que la cantidad de los premios podría alcanzar los 250 millones de dólares, con una cantidad igual generada para las Naciones Unidas y los gobiernos que participaran en el juego. El National Post informaba que las Naciones Unidas decían que no habían aceptado oficialmente la idea. Ahora bien, el plan está siendo promovido por Martti Ahtisaari, antiguo presidente de Finlandia, que tiene lazos cercanos con la organización mundial.

La propuesta tiene lugar en un momento en el que los gobiernos nacionales están utilizando cada vez más las loterías como fuente de ingresos. En Estados Unidos, cerca de 38 estados, además del distrito de Columbia y Puerto Rico tienen actualmente loterías, afirmaba Associated Press el 3 de agosto.

Los grupos religiosos se han opuesto desde hace mucho a las loterías en muchos estados, pero ahora, Alabama, Mississippi, Carolina del Norte y Tennessee al ver que sus estados vecinos están cubriendo una buena parte de su presupuesto con la lotería, ha comenzando a considerar seriamente la idea.

Las ventas de loterías totalizaron en Estados Unidos 38.900 millones de dólares en el año fiscal 2001, y dieron unos beneficios de 11.800 millones de dólares. En Nueva Jersey y Virginia, las ganancias de la lotería son la cuarta fuente de ingresos más importante, después de las rentas, las ventas y los impuestos corporativos.

El atractivo de las ganancias fáciles es tal que los legisladores de al menos la mitad de los estados de Estados Unidos esperan debatir alguna forma de ampliación del juego este año o el próximo, afirmaba Thomas Grey, director ejecutivo de la Coalición Nacional contra el Juego Legalizado, en un artículo publicado el 3 de septiembre en el Las Vegas Review-Journal.

En Inglaterra, el operador nacional de loterías, Camelot, está considerando organizar juegos diarios en un intento de invertir la caída en las ventas de billetes, informaba el Guardian el 16 de septiembre. El operador de loterías está también buscando nuevas formas de vender billetes, incluyendo el uso de terminales en las cajas de los supermercados o en las calles.

Los líderes religiosos, preocupados porque la lotería ha elevado el nivel de juego del país, están dispuestos a protestar contra un Lotería de Domingo, afirmaba el Guardian.

Probabilidades mínimas
El entusiasmo por la lotería está disminuyendo en el Reino Unido, pues los jugadores se dan cuenta de que las probabilidades de que a uno le toque son mínimas. El gobierno es, en realidad, el verdadero ganador en este juego. En Inglaterra, las loterías de los tres primeros meses de este año trajeron un total de 630 millones de libras (976 millones de dólares) a las arcas públicas, informaba el 30 de abril el Times. Al gobierno se le destina al menos el 12,5% de cada billete de una libra. ¿Y cuál es la probabilidad de ganar el primer medio? Nada más que 13.983.816 contra 1.

Incluso Dianne Thompson, jefa de la compañía encargada de la Lotería Nacional, admitía la dificultad de ganar un premio, informaba el 25 de mayo el Times. Mucha gente, afirmaba, cree en el eslogan original de la lotería, “podrías ser tú”, levantando falsas esperanzas en los jugadores.

Cuando se lanzó hace cuatro años la lotería nacional del Reino Unido, las donaciones en el país sufrieron un duro golpe, pues ese dinero se destino al juego de azar. Según Charities Aid Foundation, las donaciones caritativas se han vuelto a recuperar ahora, con un total estimado de 7.600 millones de libras (11.600 millones de dólares) el año pasado, contra los 4.900 millones de libras gastado en la lotería, afirmaba un reportaje del Times el 30 de abril.

En Estados Unidos, las probabilidades de las loterías son incluso más altas, informaba el Washington Post el 12 de abril. En la lotería interestatal Big Game, según se estimaba en el momento de artículo, las probabilidades de ganar los 220 millones de dólares del primer premio eran de 76 millones contra 1.

Mike Orkin, un estadístico de la Universidad estatal de California en Hayward y autor de “What Are the Odds?”, explicaba al Post qué significaban esas probabilidades. “Si usted conoce a una persona en Canadá y pone los 31 millones de nombres de todos los canadienses en un sombrero, tendrá dos veces y media más probabilidades de encontrar el nombre de su amigo que de ganar el primer premio con un billete de un dólar”.

Y con una reestructuración de la lotería, y la llegada de los estado de Nueva York y Ohio en mayo, las probabilidades de ganar el premio gordo se calcula que subirán hasta 135 millones contra 1. O, como explicaba AP el 16 de abril, los jugadores de lotería que esperan ganar el Big Game tienen en realidad 16 veces más de probabilidades de morir en un accidente de tráfico mientras van a comprar el billete que de ganarlo.

A pesar del apoyo del gobierno, el juego de azar en todas sus formas es reconocido cada vez más como una fuente de problemas sociales. El número de fraudes y de casos de robos que tienen que ver con jugadores con problemas se ha elevado bruscamente, a la vez que la expansión de casinos, máquinas tragaperras y juegos en Internet, informaba el National Post el 6 de mayo.

“En su momento, la mayoría de nuestros grandes robos internos estaban relacionados con las drogas. Ahora están igualmente relacionados con el juego”, afirmaba el sargento Bud Snow del departamento de lucha contra el fraude de la policía de Halifax.

Hasta hace una década, la población de Canadá tenía pocas oportunidades echar la lotería. Pero los gobiernos provinciales, bajo la presión de los recortes de impuestos y buscando estimular economías inactivas, descubrieron el encanto del juego. Los canadienses pueden ahora jugar en 50 casinos permanentes, 21.000 máquinas y 38.000 terminales audiovisuales de lotería. Las estimaciones sobre los problemas del juego varían, pero la mayoría de los expertos convienen en que al menos el 4% de la población puede estar afectada.

En Pennsylvania, los dos candidatos a gobernador del estado, están a favor de las máquinas tragaperras. Esto ocurre en un momento en el que Estados Unidos tiene 5 millones de jugadores patológicos o con problemas, según el Centro Nacional de Investigación de Opinión de la Universidad de Chicago. El centro tiene en cuenta, además, a otros 15 millones que corren riesgo de convertirse en jugadores con problemas, observaba el 25 de agosto un periódico local de Pennsylvania, el Times Herald, en un reportaje sobre la investigación.

El periódico citaba un estudio hecho en Dakota del Sur, que mostraba que la introducción del póquer audiovisual había conducido a unos gastos de 272 millones de dólares por crímenes, bancarrotas, bienestar y tratamiento contra la adicción, todos relacionados con el juego.

Y en Australia, un informe, “Risky Business”, de la Iglesia Unificada, mostraba que 30.000 familias en el Estado de Victoria están afectadas por el problema del juego, informaba el periódico Age
el 7 de junio.

Un artículo del 2 de mayo en Age del reverendo Tim Costello, presidente de la Unión Baptista de Australia, observaba que las ganancias del juego con respecto a los impuestos del estado de Victoria alcanzan una proporción del 20%, la proporción más alta de la nación.

Costello citaba una investigación de la Productivity Commission mostrando que Australia tiene casi el 20% de las máquinas de póquer del mundo, y que 42 centavos de cada dólar obtenido a través de una máquina de póquer viene de un jugador con problemas.

Las probabilidades de ganar el primer premio de la lotería están por los cielos; existen muchas más probabilidades, sin embargo, de que el juego traiga serios problemas sociales. Esto debería ser un serio motivo de reflexión para los gobiernos, y para las Naciones Unidas, antes de introducir nuevos juegos.

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ZENIT Staff

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