Quien transige con el terrorismo «no merece el nombre de cristiano»

Conferencia del cardenal de Madrid en el club Siglo XXI

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

MADRID, 16 mar 2001 (ZENIT.org).- El cardenal-arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal española, Antonio María Rouco, afirmó ayer noche durante una conferencia en el club Siglo XXI de Madrid que los cristianos no pueden transigir con el crimen y que quienes lo hagan «no merecen el nombre de cristianos».

En su conferencia bajo el título de «Retos y tareas de la Iglesia en el umbral del siglo XXI», el cardenal aseguró que «la transmisión de la fe a las nuevas generaciones empieza a estar en peligro» y expresó su dolor porque «no son pocos los altavoces y los mensajes de contenido anti-cristiano e incluso blasfemo que martillean las mentes de nuestros niños y de nuestros jóvenes».

El actual moderador de los obispos españoles aprovechó su conferencia en el Club Siglo XXI para hacer un fuerte llamamiento a favor de la vida. «Cuando se habla tanto de la «calidad de la vida» –aclaró–, a veces medida solo por parámetros materiales, es cuando la «cultura de la muerte» ha dado paso al desprecio de la vida humana hasta el punto que su eliminación deliberada se ha convertido en un instrumento al que se ha dado espacio incluso en la legislación de los países democráticos como el nuestro».

«Me refiero concretamente –quiso subrayar– al aborto despenalizado y a la congelación, instrumentalización y destrucción de embriones humanos».

Ahora bien, esta cultura de la muerte también se experimenta en España cuando «los terroristas de ETA programan el crimen como arma política absolutamente injustificable. Los cristianos no podemos en modo alguno transigir con el crimen. Quienes lo hagan no merecen el nombre de cristianos».

El cardenal Rouco Varela afrontó también el argumento de las relaciones entre la Iglesia y el Estado y pidió al Estado español que «abandone sin reservas las viejas fórmulas anticlericales y laicistas para entender su irrenunciable condición laica».

El derecho a la libertad religiosa, afirmó requiere, entre otras cosas, que «el Estado y sus órganos, así como los partidos políticos, no suplanten ni directa ni indirectamente el lugar de las instancias religiosas».

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación